Esta vivienda de Moscú de 150 metros cuadrados está diseñada "como un regalo de la propietaria para ella misma", explican las interioristas Snezhana Tcutcaeva y Evgeniya Dubrovskaya, fundadoras del Estudio Se Design Buro, que la definen como una "joven vibrante, abierta a experimentar, a la moda y a tomar decisiones rápidamente". Y el resultado del proyecto refleja completamente su personalidad.
Las autoras de la reforma reconocen que la vivienda presenta una distribución compleja, y cuando ellas la vieron por primera vez, ya tenía un plan arquitectónico preexistente ideado por Alexander Semenets. Su trabajo fue refinar ciertas áreas dentro del marco de dicho proyecto de diseño, teniendo en cuenta las preferencias de la clienta.
Así, la superficie se distribuye entre la zona común (salón, comedor y cocina) y la privada (suite), conectadas por una galería que representa el recibidor y que transforma su apariencia dependiendo de la hora del día y la iluminación, la cual aporta su propio ambiente al espacio.
Uno de los aspectos más importantes que manifestó la propietaria para resaltar en el proyecto eran las texturas, de forma que "si uno cierra los ojos y pasa las manos por las diferentes superficies, puede percibir los diferentes acabados", explican las interioristas. Y, de hecho, cuando se estaban aplicando los toques finales a las paredes, la combinación de texturas resultaba tan atractiva que bautizaron el proyecto con la expresión de 'un spa para los ojos'.
"El proyecto representa uno de esos raros casos en los que la estética a menudo triunfa sobre lo conveniente, práctico y mundano" _ Estudio Se Design Buro