Las cortinas son poco glamurosas, las mamparas están demasiado vistas y los muros implican comenzar una obra y desembolsar más dinero del previsto. Entrar en el dilema de si realmente es necesaria una separación entre la ducha y el resto de baño, es una perdida de tiempo. Y es que, por mucho que nos intentemos convencer de lo contrario, el agua termina por filtrarse y empapa todo lo que encuentra a ras de suelo: alfombrillas, cestas, muebles y, por último, nuestros pies. Una sensación tan poco agradable como práctica que se soluciona instalando una cortina de cristal. ¿A qué nos referimos con el término ‘cortina de cristal’? Pues bien, se trata de paneles de cristal o metacrilato que se instalan a modo de pared fija entre la ducha o bañera y la zona de lavamanos.
Esta solución, perfecta para ampliar visualmente el espacio de cualquier baño - tanto si es pequeño como si no - ha sido la elegida por los interioristas de Navarro Estudio. Se enfrentaban al reto de diseñar un cuarto de baño minimalista y lujoso, donde la amplitud brillara por su presencia. Y cabe decir que ¡reto conseguido!
Más amplitud visual
Se barajaban varias opciones, por un lado, una mampara tradicional, por el otro prescindir de ella y dejar el espacio diáfano. Ninguna de las dos respondía a las necesidades estilísticas ni funcionales del baño deseado, así que la solución terminó por diseñar una pared de cristal a medida.
El hecho de que sea transparente ayuda a integrar el espacio de la ducha en el conjunto de todo el baño. Eliminando, así, la tradicional distribución compartimentada de los cuartos de baño más clásicos.
Elegancia y sofisticación
Por otro lado, la elección de una ‘cortina de cristal’, también tenía que ver con la intención de dotar de elegancia y glamour la estancia. Se escogió un cristal XXL, sin compartimentaciones y enmarcado en latón dorado, que se ha convertido en el hilo conductor de toda la estancia. Un remate ideal para que el baño respirara la sofisticación que pedían los propietarios.
Siguiendo esta misma línea, se ha prescindido del telefono de ducha móvil y se ha incorporado en el techo una fina placa, en color dorado, de donde cae el agua. Minimalismo en estado puro.
Además, se diseñaron - a conjunto - dos espejos a medida que se anclan al techo y reposan sobre el mueble de lavabo. Funcionan como división entre la bañera y los lavamanos, y contribuyen aún más a crear un baño diáfano y totalmente abierto.
Para los que reparan en detalles, los enchufes, que normalmente se anclan a la pared, están ubicados en el lateral del mueble, escondidos, pero a mano.
En definitiva, nos encontramos ante dos alternativas muy originales perfectas para diseñar cuartos de baño estilo 'open concept', pero igual de prácticos y elegantes.