‘Spain is different’ de eso no hay duda. Y eso se nota en nuestra forma de vida y en nuestras costumbres, pero también en nuestros edificios y en nuestra arquitectura. Solo tienes que pensar lo raro que le resultan a un extranjero las persianas, cuando nosotros no podemos vivir sin ellas, dada las muchas horas de sol que disfrutamos.
Le preguntamos al arquitecto Jaime Salvá sobre el asunto y antes de entrar en materia, establece la primera premisa: depende del país con el que establezcamos la comparativa. Normal. Si hablamos de entornos cercanos y mediterráneos, podemos encontrar más similitudes que con aquellos que nos separa medio mundo.
A continuación, el arquitecto mallorquín repasa esos aspectos que forman parte de nuestro ADN constructivo y nos revela las dos principales diferencias. “En términos generales, la buena arquitectura española destaca por su capacidad de mezclar tradición y modernidad, sin perder aspectos intrínsecos de la arquitectura vernácula, como pueden ser dar respuesta a todos los condicionantes del clima, socioculturales…”.
El clima marca la diferencia
Nuestro clima templado y soleado es determinante a la hora de diseñar un edificio. "Por eso, en nuestros edificios las aperturas en fachada buscan las orientaciones sur, para captar luz la mayor parte del año, pero controladas por un vuelo que impida penetrar los rayos del sol directamente hacia el interior para no calentar en exceso el espacio habitable. Mientras que en otros países más fríos buscan, precisamente, la máxima entrada de luz directa posible, para poder calentar los interiores de manera natural", argumenta Salvá.
Vida al aire libre
Los espacios exteriores son muy importantes en la arquitectura española y también en ellos el clima tiene algo que decir y que aportar. "Especialmente la arquitectura mediterránea da mucha importancia a habitar el exterior, ya sea mediante terrazas o mediante patios interiores. Estos espacios permiten, además, obtener ventilaciones cruzadas, lo que logra renovar el aire, regular la temperatura y aportar confort".
Sistemas constructivos
Otro de los aspectos que diferencian a nuestros edificios es el propio sistema constructivo. "Mientras en España el uso del ladrillo cerámico y del hormigón armado es lo habitual, otros países utilizan sistemas de construcción ligeros, como la madera mediante métodos de balloon-frame (la sustitución de vigas y pilares por decenas de postes). En general, nuestro sistema funciona mejor en aspectos como el de contraincendios y puede ser más duradero".
Mediterránea: una arquitectura a nuestra medida
Estamos ante una arquitectura a medida del clima y de nuestra forma de vida. Propia de las zonas costeras de Europa meridional, África septentrional y Asia occidental, responde a la necesidad de luchar contra las altas temperaturas, creando ambientes frescos y relajados que te den la sensación de estar junto al mar, aunque estés a kilómetros. Conoce su ADN en estas cuatro claves.
- Grandes ventanales. Ama la luz natural, por lo que las ventanas (mejor L y XL) y las puertas de cristal lograrán que se cuele, logrando de paso metros extra. Las paredes blancas o claras, también las fachadas, potenciarán esa sensación.
- Formas sencillas. Y siempre horizontales, en esa búsqueda de evitar la complejidad y el exceso, tanto en el interior como en su construcción. El minimalismo y la sencillez suelen acompañarla.
- Conexiones exteriores. Tal y como destaca Salvá, la relación de la casa con el aire libre es vital para entender nuestra arquitectura. Dentro, espacios abiertos, diáfanos y conectados con el exterior, mientras que fuera, patios (ahora muy de actualidad) y terrazas cobran especial importancia.
- Colores claros. Influenciada por Italia o Grecia, los colores claros, como blancos, beiges e, incluso, azules, protagonizan esta arquitectura tanto en el interior de las viviendas como en las fachadas. El resultado es una atmósfera en calma y tranquila, para disfrutar del día a día.