A simple vista, este proyecto tiene un 'algo' que no sabes cómo definir hasta que sus autores, Polo Estudio, te explican que responde a una "reinterpretación actual del caserío vasco, resultando en una casa que conjuga valores constructivos tradicionales con un estilo de vida contemporáneo". Así, la vivienda se define a través de dos elementos clave: los espacios intermedios que relacionan el interior y el exterior, y los muros portantes que definen la edificación.
La Casa Rosa, como ha sido bautizada, cuenta con una superficie de 420 metros cuadrados en un volumen sencillo y compacto y está situada en las proximidades de los acantilados de Barrika, en la costa vizcaína.
Una arquitectura pensada estratégicamente
Los muros portantes, al igual que en el modelo tradicional, son estructura y fachada al mismo tiempo, solo que, en este caso, se encuentran libres de las restricciones propias del muro de piedra tradicional en cuanto al número y tamaño de las ventanas. En este proyecto se crean huecos generosos, ubicados estratégicamente para buscar la protección de la casa frente a los vientos procedentes del mar Cantábrico, así como privacidad sin renunciar a la luz. Las fachadas del norte y del oeste se muestran compactas, mientras que las fachadas del sur y este son más permeables.
Dichos muros han sido realizados en hormigón armado coloreado, aportando un carácter singular, pero cromáticamente armónico con el entorno, gracias a un pigmento de tonalidad siena que se aplica a toda la mezcla. Esta técnica da lugar a un material continuo que se integra paulatinamente con la huella que deja el paso del tiempo.
Hormigón: un material sin artificios y con posibilidades
Respecto a la elección del hormigón, que no pretende esconder las imperfecciones y marcas que dejan los elementos de encofrado de la ejecución, el estudio comenta que el proyecto "busca mostrar de un modo sincero que la fachada es la propia estructura y no una piel decorativa con una textura perfecta". Por no hablar de las posibilidades estructurales que ofrece el hormigón, visibles, sobre todo, en la fachada principal.
Vista de frente, esta fachada, en su parte superior, se convierte en una gran viga que permite realizar un gran ventanal de 13 metros de ancho sin apoyos intermediarios, lo que potencia con maestría la gran apertura por donde se relaciona el principal espacio interior de la zona de día que aglutina salón, comedor y cocina.
Distribución natural por plantas
En los interiores, el planteamiento de la vivienda ofrece una distinción natural entre la zona de día, en la planta baja, y la de noche, en la superior. En la planta de calle se ubica el salón, comedor y cocina, así como un dormitorio de invitados, y en la primera, los dormitorios y una terraza abierta al valle de Plentzia. Pero, además, la casa cuenta con un garaje y un amplio espacio de almacenamiento en el sótano.
Volviendo a los exteriores, las funciones asociadas con el porche tradicional del caserío vasco se desdoblan aquí, dando lugar a tres espacios de privacidad creciente, "cada uno con su particular orientación y carácter", definen desde el estudio. Estos lugares, entre el interior y el exterior de la casa, contribuyen a cualificar las secuencias que se producen diariamente al recorrerla.
Tres espacios de exterior con su particular carácter
El primero de los exteriores es el umbral que da cobijo al acceso a la vivienda en la fachada norte. El segundo y principal es el gran porche de la planta baja orientado al sur que se transforma en el lugar social por excelencia de la vivienda. Y el tercero es la terraza en el piso superior, que toma un cariz más íntimo, casi secreto, porque no es visible desde la calle ni desde el jardín, invitando al descanso y la contemplación del amanecer.
Polo Estudio está dirigido desde 2006 por el arquitecto Jon Polo y lo forman un equipo pluridisciplinar que incluye arquitectos, interioristas y artistas quienes tienen claro el objetivo de su trabajo: abordar los proyectos de manera conjunta y materializarlos de forma integrada.
"En los interiores, el planteamiento de la vivienda ofrece una distinción natural entre la zona de día, en la planta baja, y la de noche, en la superior" _ Polo Estudio