Reformada por el estudio Júlia Brunet, que se ha encargado del interiorismo y la decoración de sus 65 metros cuadrados más 40 de terraza, esta pequeña masía, con vistas panorámicas a las montañas de Montserrat (en el pueblo de Salelles) constituye un ejemplo de cómo modernizar una casa de campo, sin perder sus orígenes. “Los propietarios querían que su vivienda desprendiera un ambiente relajado y desenfadado, que se integrara en el paisaje”, explica Mireia Tarruella, responsable del estudio. Con este objetivo, se ha optado por potenciar el uso del blanco, combinado con una paleta cromática suave, enriquecida ocasionalmente con sutiles contrastes de la gama de rojos y granates, que añaden pinceladas de vitalidad y calidez al ambiente.
En esencia, cada detalle de la reforma ha sido cuidadosamente diseñado respetando su esencia histórica como masía, y al mismo tiempo, se han incorporado elementos contemporáneos en el mobiliario y los acabados. Si estás pensando en actualizar tu casa de campo, estas seis ideas te ayudarán a conseguirlo.