Es curioso, pero la Nochevieja no es que sea una fecha que le guste especialmente a la modelo asturiana Blanca Romero. Y a ella le ha tocado precisamente dar las campanadas este año en Mediaset junto a su compañero Ion Aramendi. Sin embargo, como ella misma ha reconocido estas semanas (desde que se supo la noticia) está encantada con la decisión que tomó cuando se lo propusieron y cree que la última noche de este 2024 será “la más especial y divertida de su vida”.
Todo un reto profesional para esta modelo y creadora de contenido en redes sociales y que le mantendrá alejada de su querida tierra natal ese día tan especial en el cual se despide el año. Y es que este 2024, la cadena ha decidido que sus dos presentadores den comienzo a las doce campanadas desde la idílica isla canaria de Lanzarote. Hasta que llegue ese día, Blanca Romero disfrutará de los suyos en la casa en la que vive en mitad del campo en el norte del país y donde nos hemos fijado en un detalle: en cómo ha decorado la pared tras uno de sus sofás: elementos musicales y accesorios decorativos personales que hablan del pasado se mezclan con guiños a la naturaleza que rodea su hogar.
Recuerdos personales
Diáfana, con extra de luz y mirando a las montañas. Así es el hogar donde vive Blanca Romero con su hijo pequeño, Martín (la mayor, Lucía, ya se ha independizado). Una gran vivienda de varias plantas y donde los espacios se conectan entre paredes blancas (la mayoría de ellas), recuerdos familiares y detalles decorativos especiales. Así son, precisamente, los que ha escogido para decorar con acierto la pared que está detrás de su sofá blanco. No se trata del único sofá de su casa (tiene otro en el centro de la planta baja), pero está ubicado en un lugar único: justo debajo de la impresionante lámpara de araña que ha renovado para darle un punto más irreverente y moderno pintándola de rojo.
Volviendo a la estética de la pared, el sofá aparece flanqueado por dos guitarras españolas. Dos piezas que son de lo más simbólicas para la asturiana y que recuerdan el gusto de esta por la música (donde ha hecho sus pinitos como cantante). Recuerdos personales que se unen a un trío artístico en forma de tres cuadros que no tienen nada que ver entre sí en cuanto a estilo, pero que reposan armoniosamente. En uno de ellos se adivina una fotografía familiar, mientras que los otros dos son notas de expresión contemporánea en blanco y negro.
Una casa en el campo
Pero, sin duda, el guiño más natural a ese campo verde que ve cada mañana Blanca Romero desde su ventana está en el papel pintado de la pared contigua a ese sofá y que nos lleva a la zona del comedor. Tonos verdes suaves recorren delicadamente todo este muro con pequeños dibujos de plantas y flores. Un jardín dentro de casa y que nada tiene que envidiar a la belleza verde que se cuela por los ventanales de su casa como si de una pintura paisajística se tratase.
Luz a raudales la que entra cada día en esta vivienda donde el gusto personal de la modelo se mantiene intacto en cada rincón: desde decenas de plantas repartidas por todas las estancias, pasando por tulipas de lámparas de fibras naturales, muebles vintage, alfombras de origen étnico, textiles cálidos y acogedores y hasta destellos de toque industrial en la gran escalera que conecta el piso superior con el corazón de la casa.