Las tendencias de nuestros abuelos y abuelas han vuelto para quedarse. La corriente grandmacore nos apasiona por sus piezas atemporales, los estampados elegantes y las ideas más creativas de decoración. Está claramente influenciado por el diseño retro, una estética que en su día fue toda una revolución. El estilo italiano de los años 50 fue clave para inspirar a los mayores de la familia en el interiorismo de sus casas, con elementos y detalles que seguimos conservando hoy en día. El más destacado, es el jarrón con cristal de Murano.
Si alguna vez has visitado Venecia, habrás ido a la isla de Murano. El pequeño rincón de la región italiana del Véneto es la tierra de este tipo de cristal, que se inventó en el siglo XV. Lo que hace único a este vidrio es que es más reluciente y brillante que los más comunes. Aparte, la técnica que se utiliza para su composición es la del soplado, un método artesanal que permite moldear las figuras y que contribuye a que su resultado sea más resistente.
![Una pieza de cristal de Murano](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1200 1200"%3E%3C/svg%3E)
Foto: Original Vidrio Murano (OMG)
La tienda de decoración y antigüedades, Judith San Quintín, se caracteriza por apostar por los diseños vintage y recuperar piezas que en su momento fueron todo un hito. Es conocida por estar presente durante años, en el barrio de Salamanca y El Rastro de Madrid. De hecho, la anticuaria es la que nos ha desvelado que "los jarrones de Murano son absolutamente tendencia". Son versátiles, clásicos y se pueden encontrar en las casas más tradicionales. A lo largo de todo este tiempo, este cristal lo hemos podido encontrar en otras piezas, como en lámparas y vajillas. A pesar de que haya pasado el tiempo, este material no ha pasado de moda.
Judith San Quintín: los jarrones de Murano "se inspiran en los diseños italianos de los años 50"
La mitad del siglo XX en Italia estuvo marcada por el nacimiento de las firmas de alta costura, la vespa o el Fiat 500. En el mundo de la decoración, diseñadores como Gio Poti inventaba la silla Superleggera, que se conformaba por una estructura de madera y un asiento de fibras naturales. Paralelamente, los jarrones de Murano seguían en pleno auge, llegando a todos los rincones del mundo.