Las últimas tendencias en decoración han dictado sentencia al estilo minimalista, ¿o no? El 2025 ha arrancado con el maximalismo por bandera y con la idea de llenar nuestros hogares de colores, de piezas originales, de estampados llamativos y obras de arte protagonistas. Este panorama consigue que muchos se pregunten qué ocurre con las casas minimalistas, nórdicas y de colores neutros.
Desde Interiores, hemos conversado con Lidia Molina, arquitecta experta en minimalismo clásico, para resolver todas las dudas sobre ello.
El presente y futuro del minimalismo, según la arquitecta Lidia Molina
En el inicio de 2025 hay un estilo que está en boca de todos: el maximalismo. Es una de las tendencias del año. ¿Crees que esto supone “el fin” del minimalismo?
Personalmente, no considero el minimalismo una tendencia, sino un estilo de vida que prioriza la funcionalidad, el orden y lo esencial. Valores, que nos vienen muy bien en un entorno tan sobresaturado de estímulos, donde la tecnología y el consumo nos bombardean constantemente. El minimalismo nos invita a simplificar, a eliminar lo que nos perturba y nos genera estrés, y a centrarnos en lo verdaderamente importante.
El maximalismo, con su abundancia decorativa, puede resultar atractivo en un momento donde lo llamativo está de moda, pero el minimalismo responde a necesidades humanas fundamentales: calma, claridad mental y equilibrio en un entorno lleno de estímulos. Además, el minimalismo tiene la capacidad de trascender modas porque no se centra en lo superficial, sino en crear espacios que realmente aporten bienestar emocional y funcionalidad.
En un mundo saturado de opciones y consumismo, ¿por qué crees que el minimalismo clásico sigue siendo relevante? ¿Cuál es su propuesta de valor en un entorno tan diverso como el actual?
El minimalismo clásico sigue siendo relevante porque responde a las necesidades fundamentales de las personas en un mundo donde el exceso y las distracciones generan estrés y desconexión. Este estilo se basa en cuatro pilares esenciales:
- Funcionalidad: cada elemento cumple un propósito claro, optimizando el espacio para el uso diario.
- Orden: un entorno organizado no solo es más práctico, sino que también promueve el bienestar emocional.
- Luz: los espacios luminosos y la correcta utilización de la luz artificial son clave para generar una sensación de calma y amplitud.
- Atemporalidad: diseños que trascienden modas, permaneciendo relevantes y atractivos a lo largo del tiempo.
Estos pilares transforman los espacios en lugares que no solo son visualmente armoniosos, sino que también mejoran la calidad de vida de quienes los habitan. Es decir, transforman los espacios en lugares que conectan con la esencia de quienes los habitan.
¿Cómo se adapta el minimalismo clásico a las nuevas tendencias sin perder su identidad?
El minimalismo clásico se adapta a las nuevas tendencias manteniendo siempre sus principios: funcionalidad, orden, luz y atemporalidad. Si bien puede incorporar elementos actuales, lo hace de manera selectiva, priorizando aquellos que realmente aportan valor estético o práctico al espacio.
Por ejemplo, si una tendencia incluye colores o materiales nuevos, el minimalismo clásico puede integrarlos de forma puntual, asegurándose de que armonicen con el entorno sin saturarlo. Este enfoque permite evolucionar sin comprometer la esencia.
Además, el minimalismo clásico se centra en las necesidades reales de las personas, estudiando su estilo de vida y sus necesidades. Su identidad, además de en los detalles, se centra en transformar los espacios para enriquecer la vida de quienes los habitan. Porque no hay dos personas iguales, ni dos casas iguales.
¿Crees que el maximalismo puede coexistir con el minimalismo, o son dos enfoques opuestos que no pueden fusionarse? ¿Cómo pueden los elementos del maximalismo integrarse en un diseño minimalista sin saturar el espacio?
Aunque el minimalismo y el maximalismo parecen enfoques opuestos, pueden coexistir en distintos espacios o incluso fusionarse de manera sutil, siempre que se respete la esencia de cada uno. En un diseño minimalista, los elementos del maximalismo pueden integrarse de forma controlada, actuando como puntos focales. Por ejemplo:
- Incluir una obra de arte colorida y llamativa en un entorno neutro.
- Incorporar un mueble o accesorio con detalles ornamentales, pero rodeado de un espacio despejado que le permita destacar.
- Usar textiles con patrones audaces en pequeñas dosis, como en cojines o alfombras.
La clave está en mantener el equilibrio: evitar que estos elementos rompan la armonía general del espacio minimalista.
¿Cómo ves la evolución del minimalismo a lo largo del tiempo?
El minimalismo no es estático; evoluciona junto con las necesidades y valores de la sociedad. A medida que nos enfrentamos a desafíos como el cambio climático, el minimalismo se orienta aún más hacia la sostenibilidad, priorizando materiales reciclables, procesos éticos y diseños duraderos.
En los últimos tiempos, también está cogiendo tintes mucho más emocionales, evitando la frialdad de los espacios blancos y sin personalidad. Ahora se busca hogares que no solo sean funcionales, sino también acogedores, donde cada elemento tengo un fin práctico o un propósito emocional. Cuando alguien adopta el minimalismo, ya no lo percibe como una opción estética, sino como una filosofía que se expande y salpica a todos los aspectos de su vida.
¿Cuáles crees que serán las próximas tendencias dentro del minimalismo clásico en interiorismo? ¿Hay alguna nueva tendencia que veas emergiendo en este estilo?
Dentro del minimalismo clásico, podemos esperar las siguientes tendencias:
- Uso de colores cálidos y naturales: el blanco puro seguirá en un segundo plano, siendo sustituido por tonos neutros como el beige, el greige, el arena suave…, que aportan mayor calidez sin perder la esencia minimalista.
- Materiales orgánicos y sostenibles: la madera reciclada, la piedra natural y los tejidos ecológicos como el lino seguirán siendo protagonistas.
- Texturas enriquecedoras: más énfasis en la combinación de texturas para añadir profundidad y color, sobre todo en los textiles.
- Espacios multifuncionales: los espacios multifuncionales seguirán adquiriendo protagonismo, creando espacios que se adapten a diferentes situaciones dependiendo de nuestras necesidades.
- Conexión con la naturaleza: desde grandes ventanales hasta la inclusión de plantas en la decoración, el minimalismo clásico busca formas de integrar el exterior con el interior.
Estas tendencias demuestran que el minimalismo clásico puede evolucionar y enriquecerse sin perder su esencia.