Según la interiorista Erika Suberviola, la ubicación de este piso justo enfrente del emblemático edificio cultural bilbaíno de la Alhóndiga, punto de encuentro de la ciudad, ha determinado la esencia que ha querido implementar en el proyecto de interiorismo mediante la creación de espacios amplios y funcionales que invitan a la lectura y a disfrutar de hobbies personales.
Los propietarios, un matrimonio con una hija y una adorable perra, no pusieron ninguna condición a la interiorista, salvo en dos temas que tenían muy claros. El primero, que la cocina debía de ser blanca, y el segundo, el tono del suelo. Éste último, Suberviola reconoce que no le convencía del todo, "pero una vez puesto, ha acabado enamorándome".
Cuadro sobre sofá, de María Aztiria. Cojín estampado de hojas, de Puro Design. Otros cojines, de Pepe Peñalver. Foto: Amador Toril Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia
La reforma de los 120 metros del piso han conllevado la eliminación de varios tabiques para conseguir estancias más amplias y comunicadas entre sí, prescindiendo del pasillo de origen, y dejando las mínimas y necesarias puertas. La principal muestra la tenemos en la zona del salón orientada a la gran cristalera con vistas a la Alhóndiga desde la que se puede ver al fondo y en un tiro visual limpio, la cocina abierta al comedor.
Esta gran zona de día destaca, pues, por la ausencia de divisiones físicas, convirtiéndola en el centro neurálgico del día a día de la familia. Y aún ofreciendo diferentes ambientes en los que desarrollar sus particulares actividades, la comunicación entre ellos fluye de forma muy agradable. En este sentido, que el pavimento laminado sea el mismo también potencia este efecto de continuidad visual.
La suite del matrimonio está compuesta por tres espacios alineados: dormitorio con tocador, vestidor y baño. Foto: Amador Toril Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia
De la zona del salón también destacan las vigas de hormigón vistas que decidieron dejarse descubiertas y que han servido a la interiorista para delimitar los tres ambientes en los que se ha distribuido. Su tono bruto al natural se integra perfectamente en la paleta cromática general de la vivienda, salpicada de algunos toques en rojo, el color preferido de la propietaria, donde el negro también tiene su lugar.
Mención especial se merece la implementación del Feng Shui en el proyecto, teniendo en cuenta que Erika Suberviola es consultora de esta técnica oriental.
Más que un lienzo en blanco, este proyecto ha sido una absoluta 'carta blanca' donde los clientes me han regalado absoluta libertad para poder diseñar la casa de sus sueños a un 98%
- Erika Suberviola, interiorista