Su ubicación privilegiada fue, sin duda, lo que decantó la compra de este piso. Y no es de extrañar, se encuentra en una de las calles más emblemáticas de Madrid, el paseo del Prado, y las impresionantes vistas que ofrece sobre el propio paseo y el Jardín Botánico no tienen rival. “Esta conexión visual con la naturaleza es algo único, ya que cada estación del año se refleja a través de las ventanas, transformando el ambiente del interior con los colores cambiantes de los árboles y la vegetación. También valoraron el carácter histórico del edificio y la amplitud de metros que ofrecía”, cuentan Alfredo Padilla y Totón Sánchez, arquitectos responsables de la reforma y posterior interiorismo de la vivienda. Y todo a pesar de una organización espacial poco funcional y muy compartimentada.
“La distribución del piso no convencía: un largo pasillo conectaba todas las estancias y la cocina se encontraba al final de la vivienda, muy alejada del salón, que tenía las mejores vistas de la casa. Con nuestro trabajo conseguimos integrar las zonas comunes, que son las más utilizadas, proporcionándoles una conexión fluida”, asegura Alfredo. A lo que Totón añade: “Creamos un family room, que permite aunar de forma agradable la zona de día, y logramos una diferenciación entre las áreas sociales y las privadas.
Este nuevo diseño no solo mejoró la funcionalidad del piso, sino que también potenció el confort y la belleza”. Y es que los arquitectos partieron de un enfoque que garantizara que el diseño no solo fuera funcional sino también estéticamente coherente con lo que se pretendía transmitir: un equilibrio entre la elegancia europea del edificio y la modernidad que su propietario deseaba, con una integración perfecta de arte contemporáneo. “Así logramos un espacio que respira sofisticación y lujo, manteniendo la tradición del entorno arquitectónico, pero con una sensibilidad actualizada”, comentan.
Sin duda, tras la reforma y decoración, el piso se ha convertido en la casa de sus sueños. “Hemos logrado crear un espacio que refleja la personalidad de su propietario a través de la integración del arte y el diseño. La perfecta distribución de los ambientes, la atención a los detalles y la armonía entre lo clásico y lo moderno han hecho que el resultado final supere sus expectativas", aseguran los arquitectos.
“Gracias a un diseño cuidadoso y a la selección de materiales y acabados, logramos una vivienda que conjuga la sofisticación, el lujo y el respeto por la tradición” Alfredo Padilla y Totón Sánchez, arquitectos