El proyecto de reforma y ampliación de esta casa del barrio de Sants, en Barcelona, es un auténtico propósito de querer mejorar la convivencia entre espacios aprovechando soluciones ganadas al exterior. Un exterior en forma de pequeño jardín del que presume esta vivienda urbana de dos plantas, situada en los bajos de una finca entre medianeras.
Se parte del hecho que la casa no tenía salón. Y es que la planta baja disponía solo de cocina y comedor, en contacto con el jardín, y en la superior estaban (y están) las habitaciones. El encargo que reciben Anna y Eugeni Bach por parte de los propietarios es el de reformar la casa y ampliarla, dotándola de este nuevo espacio inexistente y necesario, el salón, manteniendo el contacto con el exterior.
Crear la cocina ganando metros al jardín en un anexo acristalado
Pero el planteamiento del proyecto sigue otros cauces de los que uno se imagina inicialmente. Hay que darle la vuelta y reformular la pregunta. Es decir, en lugar de ampliar en el interior la casa buscando ubicar la estancia del salón, ¿por qué no trasladamos la cocina al exterior para poder liberar espacio dentro y destinarlo al salón y comedor?
Con esta idea "se consigue que todas estas estancias estén en contacto con el espacio exterior y que desde todas ellas logremos unas visuales largas entre ellas y hacia el jardín", explican los autores de la reforma. Así pues, el principal objetivo de la obra se centra en crear un nuevo volumen con una estructura de madera y vidrio en forma de invernadero destinado a la cocina y a un pequeño estudio.
La ventaja que tiene es que justo este nuevo anexo acristalado está ubicado donde, por las sombras del propio edificio y las de los vecinos, nunca hay una gran insolación. Y tiene una segunda ventaja, y es que al ser una pieza transparente, se consigue que el resto de la planta baja continúe disfrutando de luz natural, o más si cabe.
Dos arcos presiden la zona de paso entre ambientes
Cuando accedes a este espacio diáfano y luminoso llama especialmente la atención los dos arcos que originariamente encerraban el espacio interior. Han salido a la luz porque la nueva fachada de la ampliación se separa de la vertical de la finca y ahora actúan como tránsito entre el salón-comedor y la nueva galería con la cocina y el estudio.
En palabras de Bach Arquitectes, "al separar la fachada de la vertical de la finca, la nueva envolvente se libera de las directrices del edificio existente, realizando unas pequeñas inflexiones que permiten más espacio en las zonas de mayor actividad, tanto en el interior como en el propio patio".
La vivienda suma un total de 150 metros cuadrados de superficie, pero la reforma se centra en la planta baja, que es donde realmente existía una necesidad espacial que resolver. En la primera planta se hacen pequeños cambios en el mobiliario de las habitaciones y se reformula la sala/estudio, con la voluntad de no intervenir en aquellas zonas donde no es estrictamente necesario.