El interiorista Antonio Calzado ha obrado magia. Su delicadeza en el trabajo ha hecho que de una casa abandonada se haya pasado a una vivienda totalmente renovada donde la calma, el aire mediterráneo, la luz y la vida slow marcan todos los cambios que se han hecho en la que desde ahora es Villa Lavanda.
Un proyecto minucioso y con cariño del que rescatamos el reto que ha supuesto dar vida a un baño en un espacio donde los metros no es que fueran precisamente muy amplios. Ahí es donde, de nuevo, surgió esa magia para, sobre todo, crear una zona de ducha que se separa del resto de la estancia, no con la clásica mampara u hoja de vidrio. En su caso, ha optado por una alternativa más original, acogedora y de lo más sencilla que, aparte, aprovecha mucho mejor cada preciado centímetro del baño.
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Todas las miradas, hacia el murete a media altura
Escena acogedora y mediterránea es lo que se respira en este original y renovado baño del que nos quedamos con su alternativa a la convencional mampara. Toda la luz natural que entra por la ventana que da al coqueto patio interior (con alberca) de esta casa se refleja en el microcemento de color arena que se ha escogido para revestir todas las paredes; mampara incluida. Este elemento, a su vez, mantiene el mismo toque andaluz tradicional que denota el resto del baño, pero además cuenta con un detalle que es toda una tendencia: las curvas orgánicas.
Igual no te has dado cuenta, pero esta personal mampara (en forma de murete y diseñada por el propio interiorista) nos recuerda a las olas que dan movimiento al mar Mediterráneo que impregna, a modo de inspiración, toda la decoración e interiorismo de Villa Lavanda.
Para añadir la nota de practicidad (no olvidemos la función principal de una mampara de evitar la salpicadura de agua desde la ducha) se ha integrado en la parte superior una hoja de vidrio transparente que pasa completamente desapercibida si no fuera por ese remate marino en movimiento.
Por si fuera poco, su claridad deja pasar la luz natural al interior de la ducha y colabora para que haya una mayor sensación de amplitud visual; justo lo que se busca en un piso pequeño.
¡Vienen curvas!
Salvo en el final del murete de obra, Antonio Calzado ha apostado en este espacio por las curvas, una tendencia arquitectónica y de diseño que encaja con el lento devenir de un interior calmado, cálido, natural y hasta casi rústico como es esta casa. Este efecto decorativo no paramos de verlo el año pasado y este 2025 seguirá siendo un must para añadir dinamismo, movimiento y geometría y olvidarnos así (al menos por un tiempo) de las clásicas líneas rectas demasiado perfectas.
La creatividad y la originalidad se han adueñado de los remates y de todas las estancias de la casa: desde espejos con marcos con ondas, pasando por sofás mullidos de formas orgánicas y efecto round y hasta la alternativa en forma de mampara de ducha que te acabamos de descubrir. En otras palabras, líneas sinuosas y redondeadas que nos abrazarán cálidamente con su pausado y sensual movimiento.