Las mantas también son para el verano. Pero, no nos referimos a cualquiera, sino a las piezas más ligeras y frescas con el lino como absoluto protagonista del tejido y que queden perfectas para arroparnos en las noches estivales que bajan un poco las temperaturas. Por lo contrario, si no lo hacen y el termómetro sigue disparado, estas preciosas mantas resultan ideales como adorno decorativo para nuestro sofá o el de nuestra madre. Y es que seguro que a mujeres de su misma generación les encantan estas piezas para dar un aire renovado, fresco y de lo más estiloso al sofá. Y no, el toque diferenciador no viene en forma de abrir toda la manta para que cubra este mueble a modo de funda protectora.
Cómo colocar una manta de verano en el sofá
La clave en términos de interiorismo pasa por dejar la manta como quien no quiere la cosa (y sin que esté perfectamente doblada) sobre uno de los asientos del sofá, en el reposabrazos, con una ligera caída o colocada estratégicamente en unas de las esquinas del respaldo. Un detalle sutil que, sin embargo, dará un nuevo aspecto al sofá. Palabra de mi madre.
Las mantas de lino que seguro encantarán a las mujeres de más de 60 años