Si alguien pregunta por una conocida saga familiar donde lo del estilo y la elegancia se lleve a gala y sea algo innato, sin duda las mujeres de la familia Preysler encarnan como nadie ese saber estar tanto en el vestir, como en la decoración de la casa. Una casa, la de la matriarca (Isabel Preysler) que es conocida por todos por la cantidad de baños que tiene, además de por el gusto que destila en una decoración clásica y elegante.
En las redes sociales de la pequeña de la familia, Ana Boyer, hemos podido entrar discretamente en el hogar que su madre tiene en la lujosa urbanización de Puerta de Hierro en Madrid para ver cómo es su diseño interior. Una estética de la que rescatamos el acierto que han tenido a la hora de vestir tanto el recibidor de esta impresionante mansión como los pasillos adyacentes que llevan al resto de las estancias de la casa.
Muebles vintage y elementos elegantes
El recibidor de la casa familiar de las Preysler es amplio y muy luminoso, de ahí que colocar un espejo (como el que vemos en la imagen) supone multiplicar con creces tanto esos metros cuadrados como los rayos de sol que entran a la que es la primera estancia de la casa. Un espejo que además no pasa desapercibido, ni por su tamaño ni por el marco elegido para engalanarlo con toque dorado y que nos traslada a siglos pasados decorativamente hablando.
![Espejo XL que preside la escena](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1440 1799"%3E%3C/svg%3E)
Espejo XL que preside la escena
Foto: @anaboyer
Guiño elegante y sofisticado donde los haya y que tiene en el banco bajo a sus pies (con una clara inspiración burguesa o casi de la corte francesa) el perfecto compañero de baile decorativo para añadir estética a la entrada de esta lujosa casa en una de las zonas nobles de la capital madrileña. Otra pieza con clara inspiración palaciega y barroca tanto en el delicado detalle tallado de sus patas como en el tapizado que nos lleva a una alusión al reinado de Luis XVI.
El arte como complemento
Como buenas amantes del arte, las mujeres de la familia Preysler demuestran su gusto pictórico mostrándolo en las paredes tanto del recibidor de casa como de los pasillos contiguos. Sin embargo, fieles a su estilo más clásico no vemos detalles de trazos vanguardistas o más contemporáneos; sino más escenas campestres o de caza que nos llevan por el mismo camino de elegancia clásica que denota el resto de la decoración de estas zonas de su hogar.
![Escenas elegantes y casi palaciegas](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1440 1800"%3E%3C/svg%3E)
Escenas elegantes y casi palaciegas
Foto: @anaboyer
Además de consolas de madera oscura en forma de reliquias familiares o antigüedades, un detalle que nos han gustado en pro de ese mismo estilo clásico es el zócalo que sube por la pared y se queda a media altura de esta. Esta propuesta va más allá de ser un mero elemento arquitectónico para convertirse en una pieza estética más para vestir los muros verticales y añadirle elegancia con las molduras que sobresalen de la misma. Para mayor presencia y protagonismo, en el caso de Isabel Preysler han decidido pintarlas de un blanco roto cercano al vainilla que sobresale sobre la luminosa y blanca pared y añade luz a unas impresionantes cortinas de estampado floral.
![El arte en las paredes](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1440 1800"%3E%3C/svg%3E)
El arte en las paredes
Foto: @anaboyer
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