Especialmente en la última década, cada vez se ven más reformas de antiguas granjas, establos y graneros. ¿Cuáles son las claves para rehabilitar estos espacios sin que pierdan su esencia? La clave para transformar establos y graneros en desuso en casas modernas pasa, en primer lugar, por "aprovechar los elementos estructurales originales como vigas de madera, paredes de piedra o ladrillo, respetando su esencia, pero adaptándolos para cumplir con las normativas actuales. Esto crea un equilibrio entre lo rústico y lo moderno", apunta la interiorista Mireia Torruella, fundadora del estudio Júlia Brunet, encargada del proyecto de interiorismo de un antiguo establo de caballos en una masía de la zona de Manresa. Respetar la arquitectura y detalles originales aportará personalidad al nuevo espacio, además de dar forma a interiores más dinámicos, como veremos en algunos de los ejemplos que hemos seleccionado. Repasamos algunas ideas sobre cómo transformar graneros y establos en casas de campo modernas y acogedoras.
Se debe respetar cualquier material o característica original del espacio
Como decíamos, el uso de materiales originales recuperados es clave en la reforma de los antiguos establos de la masía en Manresa. "Se reutilizaron las piedras de las paredes originales, como la del comedor y la de la habitación principal, integrándolas en el diseño como elementos decorativos o estructurales visibles", apunta Torruella. Otro ejemplo de ese respeto por lo preexistente se aprecia en lo que en su día fue el hogar del ganador del Grand National de 1946, un caballo de nombre Lovely Cottage, a las afueras de Winchester, en el condado de Hampshire, Reino Unido. El estudio AR Design Studio se encargó de renovar de arriba abajo estos establos en ruinas que hoy son una casa de tres dormitorios de aire minimalista, pero que al tiempo conserva elementos originales, como las puertas de los establos y los bebederos, "que se han restaurado de manera meticulosa y ahora son los lavabos de las habitaciones en suite", explican los arquitectos sobre el proyecto.
Reforzar la conexión con el entorno es un aspecto clave
Esta fantástica rehabilitación integral de un antiguo establo en Cáceres, del estudio de arquitectura, interiorismo y paisajismo Ábaton, se publicó en numerosas revistas y webs especializadas hace unos años. El proyecto se centra en abrir la casa a la naturaleza, diseñando un gran espacio central para el salón y la cocina alrededor del que se ordenan el resto de las habitaciones. El respeto por los materiales preexistentes es una de las claves de esta reforma. También, y sobre todo, la conexión entre el interior y el exterior. Así, "el espacio central se abre completamente norte-sur para potenciar las vistas al valle", apuntan los arquitectos en su web.
Hay que acertar al combinar lo original con lo nuevo
En la rehabilitación de los antiguos establos llevada a cabo por Torruella, el interiorismo está lleno de guiños a su esencia rural. La interiorista recubrió la pared de los nuevos baños con arcilla natural "para recordar la textura de la pared de los establos", cuenta. Esa decisión, junto con la reinterpretación de elementos decorativos rurales, como la caña natural de las puertas de los armarios de la cocina y del techo (ver foto), "aportan un toque natural y cálido que rememora el uso agrícola, pero con un toque moderno", continúa. Sin duda, el proyecto de Torruella es un ejemplo de cómo combinar materiales tradicionales con técnicas modernas "para crear espacios únicos, sostenibles y llenos de vida".
Un diseño funcional y sostenible para disfrutar de la reforma por mucho tiempo
Brunet apunta como otra de las claves el "integrar sistemas de aislamiento térmico, calefacción eficiente y materiales ecológicos". Además, aboga por "distribuir los espacios de manera funcional, con zonas diáfanas que respeten la amplitud característica de estos edificios".
Eso fue, precisamente, lo que hizo el estudio Collectif Encore al rehabilitar un antiguo granero en pésimo estado. Como el presupuesto era ajustado –la idea era no gastar más de 500 €/m2– y la casa enorme: más de 700 metros cuadrados, más de la mitad del espacio se ha dejado al aire libre. Terrazas, patios…, muchos ambientes no se han cerrado para disfrutar todavía más si cabe del campo y las montañas.
La casa tiene incluso un baño al aire libre. Además, en uno de los techos, que se había derrumbado y que era carísimo volver a reponer, se ha instalado una red donde los propietarios se pueden tumbar a descansar, a leer o, sencillamente, relajarse, como si estuvieran flotando.