Cuando afrontamos la reforma de la cocina y del baño, quizá lo primero que nos planteamos es si la estética debe primar por encima de la funcionalidad o, mejor, nos despreocupamos un poco de la decoración para centrarnos en diseñar un espacio que responda al trote y las necesidades diarias de los dos ambientes del hogar que soportan un uso más constante y exigente.
Es probable que si no nos paramos un momento a pensar qué es lo que más nos interesa, puede ser que a posteriori nos arrepintamos porque el baño (o la cocina) no responda a nuestras necesidades o porque nos aburramos de su estética al poco tiempo (o ambas cosas). Muchos problemas habituales en baños y cocinas, como que no haya suficientes enchufes, son fácilmente solucionables. Aquí te contamos qué preguntas debes hacerte antes de renovar la cocina y qué elecciones son las mejores a la hora de reformar ambos espacios.
Plantéate siempre con cuánto espacio cuentas y qué necesitas
Ser práctico es clave a la hora de renovar la cocina y el baño. Se trata de dos espacios que soportan mucho uso y acertar con su distribución y los materiales que se colocan es fundamental. Las dos preguntas básicas que deberías hacerte (y hacerle al profesional que se encargue de la reforma de cualquiera de estos ambientes) son con cuánto espacio cuentas y qué es lo que necesitas, es decir, cómo quieres organizarlo. A partir de ahí surgen otras cuestiones (también importantes), cómo qué tipo de material es mejor para el suelo del baño o la cocina; si es preferible bañera o ducha; dónde debe ir colocado el inodoro o el lavavajillas, o si deberías instalar unas puertas correderas o no. Finalmente, hay aspectos de tipo estético, como si es mejor un color más claro u oscuro, que son subjetivos y, aunque no van a afectar de una manera decisiva a la funcionalidad del baño, sí pueden cambiar la manera en la que percibimos el espacio y las emociones que nos suscita.
En el baño y la cocina…: ¿qué es mejor?
Ahora, ¿sabes qué soluciones son mejores a la hora de renovar la cocina y el baño? Te contamos algunas opciones que son mejores que otras porque aprovechan mejor el espacio, requieren de menor mantenimiento o, sencillamente, te ayudan a disfrutar de un ambiente más agradable y cómodo porque es más fácil encontrar lo que necesitas para cocinar o se pueden hacer las tareas diarias, como maquillarte o afeitarte, sin ningún problema.
Para la cocina y el baño, lo mejor es elegir puertas correderas
Elige unas puertas correderas antes que unas tradicionales. Ganarás metros cuadrados. En un baño o una cocina estrecha y pequeña, una puerta tradicional no tiene mucho sentido porque el espacio que hay detrás no se puede usar para nada.
En el baño, instala siempre una mampara fija de ducha
Antes que una mampara abatible o plegable, y sobre todo en baños pequeños, lo mejor es que elijas una mampara fija. La razón es evidente: la limpieza es mucho más sencilla porque el agua no se cuela en los perfiles y, en consecuencia, su vida útil es mayor que el resto.
Un espejo retroiluminado es la mejor opción en el baño
Los propietarios que reforman demandan esta opción cada vez más. La razón es que la iluminación en el baño es un aspecto clave y hay que conjugar una luz de ambiente con una de acento que haga las tareas diarias más fáciles. Mejor que los tradicionales focos, cuya iluminación es algo fría, instala un espejo retroiluminado y coloca unos apliques a ambos lados. En el baño, elige siempre luz cálida.
Unos cajones extraíbles transformarán tu cocina
Los cajones extraíbles te permite acceder a cualquier cosa que hayas guardado en el armario, mientras una balda normal te obliga a mover cosas, con el riesgo de tirarlas, antes de poder acceder a lo que hayas decidido colocar al fondo. Si tus armarios tienen 60 cm de profundidad, que es lo habitual, no dudes en colocarlos unos si quieres disfrutar mejor de la cocina. Además, olvídate de los clásicos organizadores de plástico para los cubiertos y encarga cajones a la medida. Los hay para cualquier cosa que puedas imaginarte: desde las especias, hasta los cuchillos.
En espacios pequeños y estrechos, es buena idea (aunque no necesariamente mejor) jugar con tonos oscuros
Tonos claros como el beis o el gris en espacios pequeños, estrechos o con poca luz natural son la mejor idea porque aportan la sensación visual de que el espacio es mayor. Ahora bien, si tienes un espacio estrecho, pero bien iluminado, es buena idea jugar con algún tono más vibrante u oscuro porque añadirá sensación de profundidad.
Por ejemplo, si la ducha del baño está junto a una ventana, puedes apostar por pintarla, empapelarla o alicatarla de un tono oscuro. Lo mismo si tienes una cocina con esas mismas características. Si te decantas por un tono oscuro para los armarios de la cocina, fíjate en el granate de la foto, lograrás crear la sensación de que el espacio es más profundo de lo que en realidad es.