Quien opta por comprar una vivienda de obra nueva, muchas veces lo hace porque no quiere o no le gusta meterse en las complicaciones de una reforma. Es muy lícito, pero entonces surge otra situación que a veces no se tiene prevista y es que cuando te entregan tu casa nueva, lista para estrenar, ves que los espacios vacíos carecen de personalidad y carácter. Y esto es lo que les pasó a la joven pareja de propietarios de este ático de Zaragoza.
Además, tenían claro que querían una decoración coherente y armoniosa, sin caer en la tentación de ir comprando piezas sueltas sin un hilo conductor. "Buscaban un espacio bonito, bien pensado y con estilo, donde cada elemento tuviera un propósito y estuviera alineado con su forma de vivir", explican desde el estudio Patricia Lizalde.
Un equilibrio estético y funcional con mucha luz natural
La intervención del estudio se centró, pues, en la decoración y amueblamiento integral de la vivienda, teniendo en cuenta que los propietarios deseaban despreocuparse de todo el proceso de compra y gestión, confiando en su criterio técnico para la elección de materiales de calidad, tanto por su estética como por su funcionalidad. "Nuestro trabajo consistió en dar forma a esa visión, asegurándonos de que cada decisión contribuyera a crear un hogar cómodo, elegante y perfectamente adaptado a sus necesidades", comenta Lizalde.
Otra parte importante del trabajo desarrollado por el estudio tuvo que focalizarse en encontrar el equilibrio perfecto entre la abundante luz natural y el confort térmico. Porque el ático está situado en una planta alta, con orientación suroeste y muy abierto al exterior. En palabras de la interiorista, "no queríamos que la luz se convirtiera en un problema, sino en un elemento con el que convivir de forma natural y controlada".
Zona de día abierta, con vistas y piezas ad-hoc
Para los propietarios, uno de los mayores desafíos era la distribución del salón, ya que no sabían por dónde empezar a amueblarlo ni cómo hacerlo funcional y acogedor. Así, el estudio se centró en potenciar el espacio abierto entre cocina, comedor y salón para crear una zona de día amplia y conectada con el exterior gracias a sus grandes ventanales. Además, saber que no se construiría nada delante, les dio la tranquilidad de poder disfrutar siempre de esa panorámica privilegiada.
En la distribución de la zona social, el comedor, situado en el centro del espacio, debía permitir la correcta circulación entre la entrada de la casa y la zona del final del salón, donde está el sofá. Por eso, se optó por una mesa cuadrada "porque era lo que el espacio realmente pedía para mantener el equilibrio visual y la fluidez". De esta forma, también se pudo encontrar la ubicación perfecta para el piano, un elemento muy importante para los propietarios y que, inicialmente, no sabían dónde colocar sin que interfiriera con el resto del mobiliario.
Tejidos naturales y colores neutros como hilo conductor
Uno de los aspectos más destacados de esta vivienda es la conexión visual entre los espacios, lograda a través de una paleta cromática serena y materiales cálidos, como la madera y los textiles naturales. También cabe resaltar la elección del mobiliario, con piezas diseñadas exclusivamente para este proyecto, o antiguas restauradas, que aportan confort y estilo sin sobrecargar el ambiente. Y en cuanto a la iluminación, tanto natural como artificial, ha jugado un papel fundamental para realzar la belleza de cada rincón.
Esta premisa se aplica tanto a la zona de día como a la de noche, donde el dormitorio principal y el de invitados resultan muy tranquilos y acogedores gracias a la elección de tejidos naturales y neutros, con sutiles toques de color, como los corales y turquesas, que actualizan el ambiente y, con ello, la decoración. Una decoración para la que se busca una perdurabilidad estética en el tiempo.
Dos mascotas que hubo que tener también en cuenta
En la vivienda, además del joven matrimonio, viven sus dos mascotas, Alma y Bambú, lo que en el trabajo del estudio hubo que tenerlo en cuenta para adaptar los textiles y los materiales a estas necesidades. La respuesta para conseguir cumplir con todo este conjunto de requisitos técnicos y estéticos, fue recurrir a soluciones resistentes, fáciles de mantener y que, al mismo tiempo, mantuvieran la calidez visual que se quería plasmar en la vivienda.
En los dos meses que duró la intervención de amueblamiento y decoración, estuvieron conviviendo con los propietarios que ya estaban instalados en el ático, y aunque no suele ser la dinámica habitual de trabajo del estudio, la experiencia fue enriquecedora porque pudieron conocer de cerca su estilo de vida y adaptar algunas decisiones en tiempo real.
"Nos gusta combinar materiales nobles con piezas cuidadosamente seleccionadas, porque creemos que el diseño no se trata solo de estética, sino de construir espacios con alma" _ Estudio Patricia Lizalde