Hay interioristas con suerte y Anna Brotons es una de ellas, ya que este proyecto le ofreció la oportunidad de tener un lienzo en blanco a su disposición para crear el hogar de una pareja joven. "Cuando me encargaron el proyecto, me transmitieron la ilusión por conseguir una vivienda funcional, con espacios amplios, siempre manteniendo la esencia de la casa", explica.
Porque la propia casa tiene un encanto innato que la fundadora del Estudio Anna Brotons Interior Design supo ver al momento, pese a que cuando la visitó por primera vez era totalmente inhabitable, ni tan siquiera tenía cédula de habitabilidad. Por tanto, la reforma debía de ser integral, estudiando minuciosamente la distribución, la iluminación y los acabados.
A las dos plantas de origen, la reforma sumó un altillo
Situada en el centro de la ciudad de Terrassa (Barcelona), entre medianeras, inicialmente constaba de dos plantas de 60 m² cada una y estaba muy compartimentada, haciéndola poco útil y muy incómoda, además de restarle mucha luz a todas las estancias. De ahí que en la planta baja se derribaron prácticamente todos los tabiques y en la primera, se redistribuyeron. Con la reforma se subió otra planta en forma de altillo.
Otro paso fue el de sustituir las pequeñas ventanas y salidas al exterior que tenía -sobre todo en la fachada sur- por grandes ventanales, con el mismo objetivo de hacer circular la luminosidad hacia el interior. Hay que tener en cuenta que dada su ubicación entre edificios, la luz solo entra por los dos extremos opuestos de la casa.
Colores cálidos, materiales nobles y una cuidada iluminación
Los ejes principales sobre los que se articula el proyecto son la amplitud y la versatilidad. Para la primera se decidió mantener en casi toda la vivienda, la altura existente de los techos, con una volta catalana a más de tres metros de altura en la planta principal, que fue restaurada.
En cuanto al estudio de la iluminación y la elección de acabados y materiales, de Matter Barcelona, centrados en conseguir una sensación acogedora y serena, Anna Brotons optó por colores cálidos y claros, así como materiales nobles, como la terracota manual o la madera. También se implementó mucho mueble a medida para aprovechar al máximo cada espacio.
Con todo ello, la casa, que llevaba varias décadas deshabitada, pero su céntrica ubicación representaba una gran oportunidad, se transformó en el hogar que soñaban sus jóvenes propietarios: funcional, versátil y cálido, ideal para ser disfrutado desde el minuto uno. Además, se trata de su primera vivienda, con lo cual, la ilusión es máxima.
"El objetivo era crear un hogar que respondiese a sus necesidades, ya que precisaba de una reforma integral y puesta a punto completa para hacerla habitable" _ Anna Brotons