Con tres niños pequeños, con la intención de desconectar los fines de semana y las vacaciones, y poder hacer deporte y disfrutar de la familia, uno desea una segunda residencia confortable y de recorridos fáciles y amables. Y con buenos exteriores. Ésa fue la premisa principal de los propietarios de esta preciosa vivienda en La Toja (Galicia) a la que dieron solución Almudena y Cristina Rebuelta, interioristas fundadoras de Estudio Rebuelta Domecq y responsables de su transformación.
La segunda premisa fue potenciar las vistas y favorecer las aberturas exteriores para disfrutar del paisaje. No fue tarea fácil: “ La vivienda no se tocaba desde los años setenta y tuvimos que adaptarla a los sistemas actuales de confort, seguridad y climatización, y darle una nueva distribución que respondiera a una forma de vivir actual”, aseguran las interioristas. A sus nuevos propietarios no les gustó cómo estaba organizada la casa: estaba llena de estancias muy pequeñas y comunicadas entre ellas, algunas concatenadas, así que había que simplificar y crear ambientes amplios que dialogaran entre ellos.
También quisieron involucrarse en el proyecto de decoración y reforma, eligiendo minuciosamente las opciones y las piezas; deseaban que todo reflejara su personalidad. “La mayor dificultad fue encajar la escalera: se trataba de un diseño muy empinado y no queríamos destinarle tantos metros, por lo que tuvimos que ajustar su superficie en el espacio que teníamos y reducir la altura de los peldaños. Fue todo un reto”, aseguran las interioristas. Conseguirlo les permitió diseñar una comunicación entre plan tas más fluida y segura, e integrada en la estética de la casa.
También abrieron una gran ventana en la planta baja para dar mayor amplitud visual al salón comedor; y en las habitaciones se crearon espacios abiertos, integrando el cuarto de baño en la propia habitación. "
Quisimos darle mucho protagonismo a la luz natural, aprovechándola al máximo y dejando que fluyera entre estancias, de manera que tuvieran luz desde cualquier ángulo. Una luz diferente según la hora del día”, cuenta Almudena.
“Reducimos a lo esencial cada elemento sobre el que trabajamos. Nos gusta el diseño de líneas simples, que puede convivir con una decoración donde se mezclen piezas de épocas y estilos diferentes” Almudena y Cristina Rebuelta Domecq, interioristas
A la hora de decorar la vivienda, las interioristas tomaron buena nota de los deseos de los propietarios: “Querían una casa neutra pero con dosis de color; no deseaban una casa de verano 100% blanca, buscaban una estética con personalidad pero con un punto clásico”, comenta Cristina. Y visto el espacio, lo han logrado.