Cuando entras en un baño de cualquier proyecto residencial e incluso hotelero, es habitual que la ducha cuente con una mampara. Es el elemento que se suele poner para proteger dicho el espacio de la acción del agua (salpicaduras, chorros, etc.). Y también sirve para delimitar visualmente dicha zona y hacer que quede más recogida. Y según los acabados de la mampara, también tiene el uso de preservar la intimidad del usuario, al hacer que el cristal sea mateado o texturizado.
Pero no estamos aquí para hablar de mamparas, sino de aquellas alternativas que cada vez más se suelen ya ver en proyectos que apuestan por cierta singularidad en el baño. Suelen ser elementos hechos a medida, diseñados respondiendo al estilo de la vivienda y con materiales muy diversos.
Adiós mamparas, hola originalidad