Marta Riumbau lleva unos días viviendo el sueño que siempre quiso cumplir. Se ha estrenado en la maternidad dando la vida a su primera hija, a la que ha llamado Julieta. La influencer no se ha pronunciado todavía en sus redes sociales para dar la feliz noticia. Querrá guardarse para ella estos primeros momentos como madre y vivirlos en la intimidad de su hogar; ese que hemos visto en numerosas ocasiones en sus post de Instagram y donde hemos fichado una idea para la zona de la ducha. Esta forma parte de un baño de obra minimalista y orgánico y donde, si te fijas, no hay ni rastro de un elemento de lo más práctico. ¿Sabes de qué se trata?
Su baño lo pide
Sí, lo has adivinado: Marta Riumbau se ha despedido de las clásicas mamparas de siempre y ha preferido dejar al aire la zona de la ducha. Y sí, lo has vuelto a adivinar de nuevo: esta idea no resulta desconocida, ya que también la vimos en la casa que María Pombo tiene en Cantabria y cuyos baños son muy similares a los de nuestra protagonista de hoy.
Precisamente, es la esencia misma de este cuarto de baño el que no pide este accesorio, que no solo tiene una función práctica a la hora de evitar salpicaduras más allá de la ducha.
Como vemos en la imagen, esta estancia de la casa de la creadora de contenido (siguiendo la misma estela decorativa que se aprecia en el resto del interiorismo de su hogar) tiene al microcemento como protagonista de su arquitectura y su estética. Un material de lo más versátil que desde un punto de vista funcional ofrece una gran resistencia, es ideal en zonas de humedad, se presenta en varias tonalidades, combina con todo tipo de materiales (sobre todo con la madera clara y las fibras en un juego de calidez) y además, se limpia sin problemas.
Si ya lo vemos desde un plano más de belleza interior, el microcemento nos lleva a una atmósfera minimalista, moderna, contemporánea y de un rústico muy actual. Puede dar una nota de frialdad y sobriedad excesiva que se compensa (como hemos dicho antes) con materiales naturales como la madera, así como con el empleo de textiles suaves y luminosos.
No hay cabida para unas mamparas convencionales
No nos extraña, por tanto, que en los cuartos de baño de la vivienda madrileña de la recién estrenada madre no haya hueco para esta pieza en forma de hoja acristalada para salvaguardar la ducha. A esta se accede por un acceso circular único que está abierto totalmente al resto del baño en una clara intención de amplitud de espacios y ausencia de barreras.
Un diseño sobrio, sereno, orgánico y elegante (con accesorios en negro) donde no acompañaría una mampara; pero sí, una idea original: una cortina de ducha a media altura, junto al muro de obra. De esta forma, evitamos (con una idea de estilo) que el agua haga de las suyas por el resto de la estancia, al tiempo que se contribuye a mantener la misma continuidad visual y arquitectónica por todo el espacio.