Si te digo que cuando el cliente planteó al estudio de arquitectura e interiorismo La Reina Obrera cómo quería que fuera su vivienda, pensaron: "Pone el listón muy alto, pero nos motiva", puedes hacerte una idea que el proyecto no iba a ser fácil. A su favor jugaban con la ventaja de que ya se conocían, puesto que hace años acondicionaron el local de su empresa y también decoraron su vivienda de alquiler.
Pero el proyecto que nos concierne eran palabras mayores. Se trataba de una casa totalmente personalizada, que tenía como referencia las famosas Case Study Houses de la costa oeste de los EE.UU. El cliente se presentó, incluso, con ideas de piezas de mobiliario, detalles de arquitectura y hasta fotografías de inspiración. ¡Lo tenía clarísimo!
La vivienda, muy luminosa, sí, pero también muy condicionada por la estructura original del edificio, dificultaba a priori el desarrollo del concepto solicitado. "Pero, he ahí el reto!", pensó el estudio. Y así fue como, sin intervenciones demasiado complejas para respetar dicha estructura y evitar sobrecostes, se logró finalmente que el proyecto mostrara la estética que quería el cliente.
Zona de día multiusos, abierta y muy luminosa
El punto de partida fue decidir que el muro de carga longitudinal determinaría la separación entre la zona de día y la de noche. Ya te adelanto que es la de día la que se lleva el protagonismo del proyecto, teniendo en cuenta que son casi 90 metros cuadrados, establecidos a lo largo de la fachada con dos orientaciones, en un recorrido lineal y abierto que ofrece diferentes usos de forma independiente y presume de hasta 8 ventanales.
Y dentro de la zona de día hay dos piezas que se llevan la palma en cuanto a la carga de diseño y son la cocina y el cubo. La cocina tiene su particular distribución, "y es la pieza más original que jamás hemos planteado desde el estudio", confiesan. Es un proyecto en sí mismo, de arriesgada configuración, ya que simula un 'hangar' al no estar adosada a las paredes y ofrece toda la potencia visual del concepto Case Study Houses.
En cuanto al cubo, se llama así por su forma, resultante de dos muros de carga gemelos y paralelos, orientados en la misma dirección. No podían tocarse, con lo cual, se decidió unirlos, revestirlos y potenciar su concepto de cubo, siendo atravesado por un pasadizo que lleva a la zona de día. Su planteamiento resultó muy complejo en cuanto a la combinación de pavimentos y carpinterías, pero el resultado de cómo se ha integrado en el interiorismo del proyecto esta original pieza, salda con creces los temores iniciales del estudio por no estar a la altura de las peticiones del cliente.