Escuchamos bullicio en el barrio londinense de Islington y dando un paseo nos paramos en un antiguo edificio victoriano totalmente reformado: allí nos espera la diseñadora y artífice del proyecto, Sara Leonor, que se asoma por la ventana de su casa para saludarnos, justo encima del local de su encantador estudio. Una casa llena de carácter y un espacio creativo donde ha instalado su rutina.
Gracias a un meticuloso trabajo de restauración y un enfoque en materiales locales y sostenibles, Leonor ha logrado un equilibrio estupendo entre la funcionalidad moderna y el respeto por la historia arquitectónica de la vivienda. ¿El resultado? Una casa-estudio que refleja tanto su filosofía de diseño como su visión estética.
Si miras un poco encuentras historia
Y es que el edificio, de tres plantas y más de 150 años a sus espaldas, presentaba grandes desafíos estructurales, incluidos suelos inclinados y una distribución desfasada: “La casa estaba destrozada, con los suelos en pendiente'' . Y es que al tratarse de una casa de estas características, continúa explicando que después de 150 años “la casa presentaba un desnivel de 30 centímetros entre un lado y otro. Las casas victorianas se mueven y, si instalas superficies rígidas, se parten. Por eso se opta siempre por la madera, pues es un material que absorbe el movimiento de las casas antiguas”. La diseñadora, en este caso, buscó preservar las vigas originales, re-configurar los niveles y optar por una paleta neutra donde los materiales como el cemento, el hierro y la madera cobran protagonismo: ‘’Prefiero tonos neutros en mi día a día, reservando el color para los detalles decorativos’’, comenta Leonor.
El salón-comedor es, sin duda alguna, el corazón de la casa, donde destacan piezas diseñadas por ella misma y producidas artesanalmente con todo el cariño del mundo. Un sofá de cinco metros de largo con almacenamiento integrado y una vitrina que alberga una colección de miniaturas de sillas impresas en 3D convierten este espacio en un rincón funcional y, sobre todo, muy personal. La chimenea y la viga principal quedan protegidas por la normativa patrimonial y se mantienen como elementos centrales del diseño final.
Fluyendo a través de los espacios
La cocina se ubica en lo que antes era una terraza parcialmente techada y combina con mucho acierto funcionalidad y diseño. Destaca una mesa extensible de aluminio diseñada por Sander Nevejans, capaz de acomodar hasta un máximo de 15 personas. En este espacio, además, la cerámica de Nathalie Loubert y las obras de Virginia Frieyro aportan un toque artístico, mientras que el suelo de corcho gris evoca el hormigón sin comprometer la estructura victoriana.
Si vamos subiendo hacia las plantas superiores veremos cómo la funcionalidad se va adaptando a las diferentes necesidades familiares. El dormitorio infantil, ubicado en el antiguo espacio de la cocina, incluye estanterías ocultas y sillas de hierro diseñadas por Leonor que permiten personalizar su estética. Si subimos al nivel superior, la habitación principal se complementa genial con un baño y una bancada inspirada en la Red Blue Chair de Gerrit Rietveld, un guiño a la icónica pieza de diseño.
Creatividad y conexión local en su estudio
El estudio de Sara se ubica en la planta baja del edificio y se trata de un espacio de 10 metros cuadrados diseñado para maximizar su funcionalidad. Aquí nos encontramos con un trabajo de la muralista Victoria Poveda, quien transformó su estrecho pasillo en una explosión de color, mientras que la escaparatista Rachel Thomas creó una fachada acrílica que combina intimidad y luminosidad.
En su interior vemos unos paneles de fieltro fonoabsorbente y una mesa frente a la ventana, conformando un entorno bonito, creativo y muy versátil donde Sara Leonor desarrolla sus proyectos, interactúa con clientes y organiza su proceso de trabajo. Este espacio es, además, un punto de conexión con el barrio: se integra a la perfección en el día a día de la calle, integrando e invitando a la comunidad a curiosear y atreverse a entrar para descubrir todo su universo de diseño.
Un legado personal y profesional: la historia de Sara Leonor está intrínsecamente ligada a los materiales y a la artesanía. Su formación en diseño de interiores y su paso por el prestigioso estudio B3 Designers le han permitido desarrollar una perspectiva única. Su enfoque combina el diseño de producto y de interiores, destacando siempre por la estrecha colaboración con sus clientes y una incansable exploración creativa. Muestra de ello es su casa estudio.