Todos los espacios de este apartamento de Nueva York respondían a una planta"totalmente ineficaz", describen desde el estudio Antonio Matres Design, autores del proyecto. ¿La razón? Son varias: el espacio de la entrada era desproporcionado; la cocina, minúscula; el salón-comedor, casi inexistente, y un dormitorio de apenas seis metros cuadrados, prácticamente no permitía ni tener una cama.
Además, el estado en el que estaba la vivienda de 130 metros cuadrados cuando llegó el equipo, lo describen de "oscuro y devastado". No había más que ver que los radiadores estaban desgastados, que los suelos se mostraban con tres tipos de madera distintos y hasta descubrieron una ventana sepultada detrás de uno de los muros.
Ubicación exclusiva en Nueva York
A su favor, lo que tenía de excelente la propiedad es su ubicación, en el barrio más exclusivo de la Gran Manzana, el Upper East Side. Había, pues, que ponerse manos a la obra y convertir este apartamento con un potencial único y con vistas sesgadas al Central Park, en un hogar familiar. De hecho, esta transformación se convierte en la historia de un proyecto sensorial.
¿Por qué lo decimos? "Porque es la historia del amor de una madre por sus hijas y su objetivo de recuperar la calidez de su vivienda y crear un verdadero hogar", explican desde el estudio. Con el deseo de caminar descalzas sobre la cálida madera, de acariciar cada superficie natural y de llenar de luz los bonitos rincones, un lujo creado desde cero para esta familia que busca combinar sensaciones acogedoras con el arte.
Combinación de los espacios con continuidad visual
El desarrollo del proyecto ha cumplido magistralmente con todas las peticiones de la propietaria. Se percibe nada más poner un pie en el atrio del apartamento, sintiendo que el tiempo se detiene al visualizar cómo se han combinado los espacios, de tal forma que se permite la coexistencia y superposición de todos los usos diarios de la familia.
El vestíbulo abierto por todos sus lados deja entrever la cocina conectada de forma fluida con el salón y el comedor, con el único elemento de división de un armario permeable que 'flota' en medio de esta sala multiusos, considerada la zona de día y más social del apartamento. Un mar de sensaciones que se potencia con la continuidad de los suelos de madera a lo largo de toda la vivienda.
Tonos pastel, madera y diseños artísticos a medida
Y como nexo de unión e hilo conductor destacan los tonos pastel que se propagan viralmente por todas las estancias, dando lugar a una calma y serenidad inigualables. Y sobrevolando esa áurea de armonía, se entreteje la cuidadosa selección de arte que hay en cada espacio, "en forma de diseños que, además de estar realizados a medida, son funcionales, a la vez que bellos", comentan desde Antonio Matres Design.
Es así como el apartamento luce lámparas de pared hechas a mano y sillas diseñadas a medida para adaptarse al ambiente, junto con radiadores esculturales que han sido diseñados y fabricados para integrarse con el resto de piezas que tienen alrededor.
Mención especial se merece el trabajo realizado en el dormitorio más pequeño, ya que se ha conseguido duplicar el espacio inicial para dar lugar a un 'mini-apartamento', con entrada propia desde las escaleras de servicio. La idea es que esto permita a una de las hijas 'independizarse' del resto con una vuelta de llave.
"Esta transformación se convierte en la historia de un proyecto sensorial: el amor de una madre por sus hijas y su objetivo de crear un verdadero hogar" _ Antonio Matres Design