Este piso pertenece a un hombre de carácter firme y vida dinámica. Desde el primer contacto, el cliente se acercó a Sabina con la idea de un loft clásico, anhelando la incorporación de elementos como el ladrillo y el hormigón. «Durante nuestra primera reunión, me presentó referencias que interpreté como un reto, uno que debía ejecutar respetando los materiales emblemáticos que se planteaban», comparte la diseñadora.
Con una superficie de 130 m², la vivienda se abre a la luz a través de unos ventanales panorámicos y techos de cuatro metros de altura, y carecía tanto de divisiones como de acabados, lo que ofrecía a Sabina Valieva una libertad absoluta para llevar a cabo cualquier planificación, la que mejor se adaptara al estilo de vida del propietario. La distribución final del espacio incluye un recibidor, una amplia zona de estar con cocina integrada, una suite principal con baño privado, un despacho, un vestidor, un baño de invitados y una funcional zona de lavandería.