La arquitecta Carmen Bueno confiesa que no tiene un estilo definido y lo justifica, precisamente, con el ejemplo de este proyecto, ya que para desarrollar su trabajo residencial pone el foco en la estética del edificio donde se ubica la vivienda y la traslada a todo lo demás para que exista una unidad. "También me fijo mucho en lo que ya existe previamente para restaurar aquello que tenga valor y, en este sentido, recuperar ciertas piezas", añade.

La arquitecta Carmen Bueno posa en el salón de la vivienda cubierto por una alfombra de BSB.

La arquitecta Carmen Bueno posa en el salón de la vivienda cubierto por una alfombra de BSB.

Foto: Javier Bravo Estudio: Carmen Bueno Estilismo: Beatriz Aparicio

Pero todo esto responde a una explicación y es que Bueno tiene una peculiaridad que enriquece su perfil profesional porque, además de las reformas que hace, es especialista en Restauración de Patrimonio y, como tal, suele trabajar con monumentos, dándoles una nueva vida, restaurándolos o rehabilitándolos.

 

En el salón, puffs (años 50, Livio de Simone), cuadros y, en el comedor, jarrón Gaetano Pesce y mesa de acero y cristal (años 80), todo de IKB.

En el salón, puffs (años 50, Livio de Simone), cuadros y, en el comedor, jarrón Gaetano Pesce y mesa de acero y cristal (años 80), todo de IKB.

Foto: Javier Bravo Estudio: Carmen Bueno Estilismo: Beatriz Aparicio

Mezcla de mediados de siglo y diseño actual

Dicho esto, merece tanto la pena adentrarse en la reforma que ha hecho de esta vivienda de los años 50, de estilo racional, y próxima a la Castellana de Madrid. Para empezar, se fijó en la fachada, de líneas depuradas sin moldura, con acabado de ladrillo rojo y grandes ventanales con embocaduras de piedra caliza. 

Y esto es lo que ha marcado, explica Bueno, "una estética contemporánea muy al estilo de mediados de siglo, siguiendo las líneas racionales sin perder el aporte de diseño de hoy en día, más la adaptación de las nuevas instalaciones". Con ello, toma la decisión de establecer una base muy neutra que respeta la inspiración del carácter de ciertos detalles que ya existían en la vivienda.

Centros cerámicos sobre la isla, de IKB.

Centros cerámicos sobre la isla, de IKB.

Foto: Javier Bravo Estudio: Carmen Bueno Estilismo: Beatriz Aparicio

Una reforma que conecta espacios

La reforma apenas duró cinco meses y "lo más complicado fue encontrar una nueva adaptación del espacio a lo que es ahora", explica la arquitecta. El principal reto fue ir a buscar la luz de la casa y uno de los primeros pasos fue hacer que la zona de la cocina, con sus ventanales, conectara directamente con el salón, eliminando el pasillo que los unía antes. 

De hecho, el salón era en origen muy pequeño en comparación con los cuatro dormitorios que tenía el piso y la cocina muy constreñida. Ahora, esta presume de una práctica isla y para crear este espacio se abrió la habitación de servicio, con lo que la cocina cuenta ahora con dos puertas de acceso.

Butaca y cojines, de Rue Vintage. Alfombra, de BSB. Lámpara de pie (Stilnovo, años 60), de Judith San Quintín.

Butaca y cojines, de Rue Vintage. Alfombra, de BSB. Lámpara de pie (Stilnovo, años 60), de Judith San Quintín.

Foto: Javier Bravo Estudio: Carmen Bueno Estilismo: Beatriz Aparicio

Recuperar piezas originales

Con relación al deseo de recuperar ciertas piezas originales de la antigua vivienda, una de ellas fueron los cubrerradiadores de palillería de roble y, siguiendo los detalles de los años 50 del edificio, se ha trasladado dicho diseño a las nuevas puertas correderas de palillería de madera que dividen el espacio del salón y la cocina. Y se ha buscado el hilo conductor de esa misma madera para diseñar el banco corrido que da servicio a la mesa del comedor.

Por su parte, a los remates en piedra presentes en la fachada -combinados con el ladrillo- también se les ha querido dar continuidad en los nuevos interiores con el detalle de piedra caliza de campaspero de las encimeras que dan vida al espacio de almacenamiento que se solicitaba en la reforma.

En el baño, objetos de cristal de Murano, de Judith San Quintín.

En el baño, objetos de cristal de Murano, de Judith San Quintín.

Foto: Javier Bravo Estudio: Carmen Bueno Estilismo: Beatriz Aparicio

En la estética final, los propietarios jugaron un papel clave, dada su pasión por el arte contemporáneo. Así, sobre la base neutra actualizada de la nueva vivienda, se han mezclado piezas icónicas de mediados de siglo con un aire pop de mucho color, dando como resultado un ambiente sofisticado atemporal basado en el buen gusto de la mezcla de estilos

"He seguido una estética contemporánea muy al estilo de mediados de siglo, de líneas racionales, sin perder el aporte de diseño de hoy en día" _ Carmen Bueno