No hay nada más genuino y popular en la ciudad de Valencia que el conocido barrio de pescadores del Cabanyal. Y entre sus calles se esconde esta vivienda, que recibe el nombre de Casa Ona, toda una oda al mediterráneo más puro con sus colores, texturas y acabados y que ahora ha sabido transformarse (sin dejar de lado esta mágica esencia de la tierra) para convertirse en una vivienda actual, moderna, juvenil, funcional, donde la luz entra sin permiso y donde los espacios abiertos y el minimalismo mandan.
Los responsables fueron los profesionales del estudio de diseño de interiores de Paloma Bau que se encargaron del proyecto de rehabilitación y reforma de esta casa, poniendo en valor el origen y naturaleza de sus casi 100 años de existencia. El nuevo inquilino, nieto de los anteriores propietarios, quiso que su hogar no perdiera ese carácter patrimonial y buen reflejo de ello es su fachada con preciosos azulejos turquesa (muy del gusto, además, de este joven que es amante del surf).
Así es ahora esta casa con regusto histórico y mediterráneo