No hay nada más genuino y popular en la ciudad de Valencia que el conocido barrio de pescadores del Cabanyal. Y entre sus calles se esconde esta vivienda, que recibe el nombre de Casa Ona, toda una oda al mediterráneo más puro con sus colores, texturas y acabados y que ahora ha sabido transformarse (sin dejar de lado esta mágica esencia de la tierra) para convertirse en una vivienda actual, moderna, juvenil, funcional, donde la luz entra sin permiso y donde los espacios abiertos y el minimalismo mandan. 

Los responsables fueron los profesionales del estudio de diseño de interiores de Paloma Bau que se encargaron del proyecto de rehabilitación y reforma de esta casa, poniendo en valor el origen y naturaleza de sus casi 100 años de existencia. El nuevo inquilino, nieto de los anteriores propietarios, quiso que su hogar no perdiera ese carácter patrimonial y buen reflejo de ello es su fachada con preciosos azulejos turquesa (muy del gusto, además, de este joven que es amante del surf). 

Arquitectura típica del barrio

Arquitectura típica del barrio

Foto: David Zarzoso

Así es ahora esta casa con regusto histórico y mediterráneo

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Sala de estar minimalista en blanco y madera con vigas

No queda nada de la antigua casa oscura

David Zarzoso

Libertad de movimientos

Parece mentira que este salón que ahora se luce luminoso, abierto y moderno fuera hace tiempo una vivienda muy oscura y compartimentada en distintas estancias poco estilosas y funcionales. Nada de eso queda ya en este hogar que ha sido despojado de fronteras dando vida a un espacio como esta sala de estar en blanco y madera, con pocos elementos decorativos y que se conecta con la cocina en su parte trasera. 

Cocina en tonos neutros con isla en verde suave

Destellos que nos recuerdan al Mediterráneo

David Zarzoso

Una cocina funcional y estética

En la cocina vemos esa continuidad tanto en el espacio como en el suelo de color arena que vemos por toda la casa y que nos recuerda a la larga y preciosa playa de Bolonia en Cádiz. Así nos lo explica la arquitecta técnica e interiorista en una clara alusión a uno de los rincones favoritos del propietario de la vivienda. La cocina junto con la sala de estar articulan la zona de día protagonizada por una personal isla central de color verde lavado. ¿No te recuerda al agua del mar? 

 

Zona de comedor que evoca el mar

Y que forma parte de la decoración de casa

David Zarzoso

Todo un amante del surf

El Mediterráneo se nota tanto en los colores como en la elección del mobiliario preciso para estos rincones de Casa Ona. Desde el estudio de Paloma Bau se han incluido piezas con aire marino como estas sillas de madera y cuerda del comedor que rodean a la mesa de centro de microcemento. Textiles de lino y algodón completan esta estancia de lo más valenciana en pleno barrio de pescadores de la ciudad. 

Aseo en tono terracota

Espacios que sirven para todo

David Zarzoso

Visto y no visto

En esta casa se ha dado vida a algún que otro secreto oculto en forma de espacios multifuncionales y sorprendentes. Es el caso del panelado que hemos visto anteriormente junto a la cocina y la sala de estar y tras el cual se adivina un trastero para las tablas de surf y un pequeño aseo inspirado en Cala Rotja de Menorca; otro de los rincones más especiales para el dueño de la casa y que está bañado por ese Mar Mediterráneo al que aquí se rinde homenaje.

Vestidor con pared de ladrillo

De camino a la zona de noche

David Zarzoso

Aprovechando el espacio

Desde la cocina y la sala de estar nos vamos a la zona de noche con este vestidor a lo largo y ancho del pasillo donde se observa, además, la iluminación funcional integrada en los techos y oculto en las estructuras. Al otro lado de la estancia, el ladrillo tal cual se muestra es otra de las señas de identidad de esta casa recuperada y rehabilitada en pleno Cabanyal.  

Dormitorio en tono crudo con muro de carga de ladrillo

Piezas, las justas

David Zarzoso

Descanso en modo decorativo

Terminamos el recorrido por esta amplia, moderna y luminosa casa valenciana (que no ha perdido su esencia) con la zona más privada e íntima. Aquella formada por un despacho, un dormitorio con baño en suite y el vestidor antes mencionado. Al otro lado del mismo y ya en la habitación se observa el muro de carga de ladrillo rojizo, cuyas aperturas originales sirven de conexión invisible