Una familia había encontrado la casa de sus sueños en la comarca de l’Horta Nord (Valencia). Amplia y cómoda para los seis miembros (280 metros cuadrados), se encontraba en un ambiente despejado y conectado con el entorno natural. Justo lo que buscaban: la tranquilidad de la vida en el campo, pero en un entorno urbano.
Salvo porque "toda la planta superior mantenía su condición previa como granero agrícola y requería de un diseño y distribución completamente nuevos para incorporar ese espacio a la nueva vivienda. Además, desde el punto de vista técnico, era necesario renovar todas las instalaciones”, explica la arquitecta Anna Ferrer de CU4 arquitectura, el estudio encargado de la reforma.
El proyecto arquitectónico concentró toda la zona de día en la planta baja y se volcó hacia el patio trasero para potenciar la entrada de luz y mejorar la conexión con el espacio exterior. Además, se creó una franja de ventanales sobre los ya existentes en la planta baja y, en el caso de la superior, se abrieron ventanas nuevas hacia la cocina, en esa misma dirección, generando un espacioso volumen a doble altura, lleno de luz natural.
Cómoda y eficiente
Otro aspecto fundamental era la eficiencia energética, de manera que resultara tan confortable como un hogar de nueva construcción. Para conseguirlo, se mejoraron los aislamientos y los vidrios y perfiles de las ventanas, que se sustituyeron por carpinterías de madera que cumplen con la normativa actual. “Lo más importante para nosotros era, por un lado, conservar la esencia original de la casa y, por otra, que fuera cálida y estuviera repleta de luz, con los niveles de confort actuales”, apunta Manuel Martín, de CU4 arquitectura. ¡Objetivo conseguido!