A la hora de diseñar cualquier ambiente de nuestro hogar, es fundamental considerar qué muebles van a colocarse y el tamaño que estos tendrán, especialmente, en el dormitorio. La cama que elijamos —desde una individual de 80 x 190/200 cm hasta una king size que llega a los 200 x 200 cm— convivirá con otros elementos como el armario o la mesita de noche. Partiendo de que la normativa urbanística establece que un dormitorio de uso individual debe tener al menos 9 m², y 12 m² si se duerme en pareja, hay diversos aspectos a tener en cuenta. Te contamos.
Qué tener en cuenta al organizar los elementos de un dormitorio
En primer lugar, la posición de la cama: si se comparte, suele acomodarse con el cabecero pegado a una de las paredes y centrada en la habitación, dejando una holgura mínima de 70 cm —no solo con las paredes, sino también con el resto del mobiliario— para facilitar el paso y el acceso; si únicamente duerme una persona y la cama está pegada a una de las paredes, también es necesario dejar esos 70 cm en el frontal y el lateral.
Del mismo modo, según la misma normativa, cualquier dormitorio debe contar con una ventana para facilitar la ventilación y la entrada de luz natural. Aunque algunas personas prefieren colocar la cama debajo de la ventana por razones meramente decorativas, es preferible no hacerlo, ya que térmica y acústicamente no aísla igual de bien que una fachada.
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