En la decoración de un dormitorio, el pensamiento se nos va irremediablemente hacia la cama, el mobiliario y los objetos decorativos. Y eso hace que muchas personas se olviden de una parte esencial en el interiorismo de este espacio, como son las paredes. Espacios verticales donde podemos hacer volar nuestra imaginación, sobre todo en aquella zona que resguarda el cabecero de la cama. Una buena dosis de creatividad que se ciñe no solo a vestir de color estos muros, sino a dotarlos de vida en relieve por medio de un elemento por sí mismo decorativo: las molduras.
Las molduras son un gran recurso decorativo para añadir textura a esta zona de la habitación, además de proporcionar personalidad propia y vivacidad a una pared. Tanto es así que por sí mismas cumplen con una función decorativa, sin ser casi necesario más elementos que solo añadirían ruido visual a la escena tras la cama. Solo se permite un acompañante, en ciertos casos, el cabecero. Te lo mostramos con tres ejemplos reales.
3 dormitorios actuales con molduras
Cambiar por completo una estancia. Sí, ese es el poder que puede tener un cabecero; un elemento esencial cuando hablamos de diseño interior de una habitación. Ya sea para dar protagonismo a la cama o bien para recibir él todos los halagos; el cabecero demuestra su potencial a la hora de definir el estilo de un espacio. Y ya si lo acompañamos de unas molduras en su parte trasera, el resultado de WOW está más que conseguido.
Como si de una alcoba de un viejo palacio se tratase, estos elementos decorativos que sobresalen de la pared nos llevan a escenas señoriales y elegantes. ¿Hay algo más sofisticado que usar las molduras para decorar la pared del cabecero en un dormitorio? La respuesta no necesita ni contestarse. Y si son del mismo tono que el resto del color de la pared, la integración decorativa y la profundidad es real, sobre todo si se trata de cuarterones con la elegancia que aportan. Es más, en este caso, si además se combina con un suelo de madera, un techo artesonado y muebles más clásicos, el efecto creado es de lo más acogedor y tradicional.
Pero, no solo de espacios más clásicos y convencionales viven las molduras, sino que funcionan de la misma manera en dormitorios más modernos y con toques actuales. Aunque es un ornamento típico que evoca la nostalgia, las molduras siguen siendo un recurso decorativo muy usado y cada vez ganan más adeptos para, como en este caso, realzar el elemento de la parte superior de la cama.
Queda demostrado así (solo hay que ver estas imágenes) que la moldura es moderna al dar vida a un espacio interior, marcar un punto de vista focal y lograr un aspecto más personal y único que nos aleje de la elegancia más clásica. Y para eso no es necesario recurrir siempre a una moldura más afrancesada; con unas líneas rectas claras o con molduras de distintos grosores se consigue el efecto. Incluso si se busca un estilo más industrial con notas retro y vintage.
Un efecto que, por si fuera poco, resulta de lo más acertado cuando el espacio es más bien escaso. Desde un punto de vista a medio camino entre la funcionalidad y la estética, las molduras visten sin ocupar apenas espacio, reciben todo el foco de atención y estructuran mejor la distribución de este dormitorio. De ahí que se hayan convertido en toda una tendencia en alza para decorar la pared del cabecero de los dormitorios.