La esencia clásica de este piso de 115 metros cuadrados situado en el distrito madrileño de Chamartín ha sido uno de los rasgos que el Estudio SotaMuñoz ha querido preservar en su transformación. Isabel de la Sota y Ana Muñoz lo han hecho cuidando cada detalle con el objetivo, también, de hacer que la calidez y la funcionalidad se fusionaran en el conjunto.
Salta a la vista el estilo sencillo con toques clásicos de la vivienda, donde se juega con tonos claros en general y se añade alguna pincelada de color en ciertos elementos. Es esta sutil creatividad la que responde al estilo del cliente, a quien le apasiona mezclar piezas modernas y clásicas para, "no solo crear un hogar acogedor y atractivo, sino también contar una historia única", explican desde el estudio de interiorismo.
La distribución del piso prácticamente se mantuvo como estaba, salvo que se integró la terraza al espacio más social para ganar amplitud y luminosidad, y se abrió el pasillo de entrada al salón, dejando espacio a la creación de un hall que no existía. La madera juega un papel de unificador de ambientes, ensalzando el estilo decorativo cálido y agradable que se buscaba desde el minuto uno de la reforma.