Que un hogar desprende calma, con el uso de colores neutros, materiales nobles y tejidos naturales, va mucho más allá de una tendencia; es una necesidad. Como así lo considera Cristina Felipe, de Estudio Crearte, y lo evidencia mostrándonos su propia casa o, mejor dicho, su refugio, como lo define ella. "Es el lugar que me abraza y me protege, que me inspira y me invita a descansar", confiesa.
Una de las principales ventajas que tiene este piso de Madrid es la luminosidad, gracias a sus seis ventanales que, para sus apenas 60 metros cuadrados, son realmente un lujo, además de las vistas al exterior, protagonizadas por un entorno de señoriales fachadas. Con la reforma, su distribución obsoleta sobre una geometría muy cuadrada, se vio obligada a invertirse para adaptarse a sus necesidades.
Ahora la vivienda cuenta con dos dormitorios (uno con baño en suite), un aseo y un salón comedor conectado a la cocina. En todo el recorrido, las líneas puras, sin apenas adornos, parecen querer abrazarte haciendo que el espacio fluya, se entremezcle y se transforme con el paso del tiempo. Es como un lienzo en blanco sobre el que Cristina empezó a dibujar el sueño de su hogar centrado en proporcionar bien los espacios para darles calidez y calidad.
Desde el inicio ella tuvo claro que quería reutilizar materiales que, de alguna manera, recordaran la esencia de lo que este piso un día fue, devolviéndole ese carácter elegante a través del uso de acabados nobles, sin perder su esencia. La mayoría de las piezas son recuperadas y eso hace que este proyecto tan personal desprenda, más si cabe, un alma muy especial.
Mi casa es mi templo de tranquilidad y calma, un espacio casi monacal"
- Cristina Felipe