Si te decimos que un cocinero español tiene un restaurante y un hotel que son icónicos como él mismo lo es, apostaríamos que te ha venido a la mente Karlos Arguiñano. ¿Quién más podría ser, verdad? El cocinero guipuzcoano tiene un hueco en todas las casas del país, y es que lleva más de 30 años en televisión, empezando en 1990 en un programa de cocina para ETB.
Arguiñano ha entrado en todos los hogares del país, a través de una pantalla, y los ha llenado con sus chistes, su humor y sus platos deliciosos. De hecho, entre otros galardones, recibió en 2021 el Premio Nacional de Televisión, así que no queda duda de que es uno de los cocineros más mediáticos, conocidos y queridos de España. Tiene una escuela de hostelería, llamada Aiala, ha publicado más de 50 libros de recetas y presume de tener un restaurante que es un referente en el mundo de la cocina.
Entre todos sus méritos alcanzados, no se queda fuera su Hotel Restaurante Karlos Arguiñano, llamado también Hotel KA, dónde podemos disfrutar de sus fogones. Y, por si fuera poco, es una belleza por todos sus costados, con una historia detrás que recoge mediante su decoración de estilo rústico y señorial. ¡Vayamos a conocer este hotel!
Un Hotel en un enclave señorial
El Hotel Restaurante de Karlos Arguiñano es un negocio familiar que se inició como restaurante en 1979. Fue en 1990 cuando Karlos y Luisi incorporaron el hotel, con 12 habitaciones que mantienen la esencia de la Villa Aiala, un antiguo palacete de más de 120 años de historia, de piedra y porte señorial. En la actualidad, y desde el 2010, es la familia Arguiñano la que dirige esta villa tan especial donde se ubica el Hotel KA.
Un ambiente para la calma
El negocio no puede situarse en un lugar mejor, puesto que está en plena playa de Zarautz, muy querida para los apasionados del surf y sus campeonatos. Sus vistas, su aroma a mar y también a montaña, el sonido de las olas, y los sabores del Restaurante, hacen que el huésped se sienta en un espacio que invita a la desconexión.
El hotel lo logra también gracias al ambiente que propicia la decoración cálida que mezcla lo rústico con lo clásico. Es perfecto para descansar en familia o en soledad, puesto que resulta acogedor y reconfortante. Un ejemplo de ello lo vemos en el salón principal, con su suelo de madera, su alfombra tejida con un estampado elegante en rojo, sus contraventanas en madera oscura, o sus vidrios teñidos con colores y dibujos ornamentales.
Con un restaurante para tus sentidos
Como no podríamos esperar menos, el hotel KA cuenta con el restaurante de Karlos Arguiñano, con una cocina que es para deleitarte con sus sabores y vistas al Cantábrico. El prestigioso cocinero nos brinda una propuesta gastronómica muy influenciada por su entorno, y con una importancia marcada del producto local y de temporada.
Zigor Arguiñano y María Torres están al mando de los fogones y acaban creando platos que reflejan la tradición y la modernidad, con una innovación de la gastronomía vasca, teniendo en cuenta la cocina de referencia internacional.
Lo mejor es que, además de poder degustar verdaderas delicias, podrás maravillarte con la estética del restaurante y los inmensos ventanales en forma de arco y de madera que permiten ver el oleaje desde la mesa. ¡Todo mientras te alojas en un hotel entre lo rústico y lo clásico!
Ahora sí, veamos las habitaciones del hotel KA que más nos han impresionado por su estilo cuidadosamente escogido y que nos lleva a un hogar muy señorial del siglo XX. ¡Son preciosas!