La primera y única propiedad de la marca Thompson en Europa se encuentra en Madrid. Un hotel que abrió sus puertas para revolucionar la capital española y para darle aún más el lema de ser una ciudad vibrante, donde siempre hay algo nuevo que contar y vivir. Su privilegiada localización, en un imponente edificio blanco de nueva construcción entre la calle Montera y la Plaza del Carmen, hace que Thompson Madrid no pase desapercibido y se corone como una de las propiedades más emblemáticas de la ciudad.
El hotel Thompson Madrid destaca por muchos aspectos: su curiosa recepción, amplia y con baúles a modo de mostradores como guiño al viajero. O sus 174 habitaciones que incluyen 23 suites, repartidas entre las 8 plantas del edificio, todas decoradas al milímetro por el estudio madrileño liderado por Penélope Tena e Ignacio López, responsable del interiorismo del hotel, donde abundan los acabados dorados en contraste con una gama cromática neutra y los materiales nobles como el mármol, la piel y la madera. Todo pensado para ser un espacio ideal para el viajero.
Y como joya de la corona y prácticamente única en su especie en Madrid, el hotel tiene una impresionante Penthouse repleta de arte y diseño. El cielo transformado en 222 metros cuadrados y con vistas a toda la ciudad obra del equipo de la interiorista Luisa Olazábal: un estudio reconocido por sus trabajos residenciales marcados por la elegancia y piezas únicas estratégicamente ubicadas.
Un pedacito de cielo en Madrid
La Penthouse de Thompson Madrid se encuentra ubicada en las plantas 9 y 10 del edificio, uno por encima de donde se encuentra ubicado el rooftop, en la planta 8. Un privilegio que le confiere unas vistas espectaculares al cielo y a los tejados de Madrid. El dormitorio, o más bien el superapartamento, dispone de 222 metros cuadrados distribuidos en dos pisos: en el primero se ubica el gran salón con diferentes zonas y baño privado -espacio ideal también para eventos y reuniones privadas-. Más por su espectacular isla de mármol, la pieza central que da una calurosa bienvenida a la propiedad.
En el segundo consta de una suite con un amplio dormitorio independiente con cama King, baño de mármol con bañera y ducha, un salón con un lujoso diseño y balcón privado con las mejores vistas de los lugares más emblemáticos del centro de la ciudad como la Plaza del Sol o el Palacio Real. Imposible no dormir como un ángel. Toda la Penthouse mantiene un aire mid-century que inunda todo el hotel apostando por tonos ámbar, maderas oscuras, tejidos poderosos y piezas de mármol.
Arte en todos los rincones
Además de un extremo mimo en los muebles y accesorios que decoran cada rincón de la Penthouse del Thompson Madrid, el arte también es clave en toda la estancia. Cuadros de artistas como Andrea Torres, Bruno Olle, Marta Bermejo y Pablo Merchante, entre otros, convierten al lugar en uno de aún más especial. Y es que la atención por elegir las obras ideales ha sido de tal calibre que no hay pieza que no se ubique en su lugar por excelencia.
Un espacio que se convierte en perfecto para celebrar todo tipo de eventos, al contar con diferentes zonas de estar, los grandes ventanales que enmarcan los edificios más emblemáticos de la ciudad y su propio ascensor privado. El escenario ideal para cenas inolvidables, eventos sociales o corporativos o para compartir con familiares y amigos.
El brunch otoñal más famoso de Madrid
Alojarse en la Penthouse del Thompson Madrid es también la excusa perfecta para disfrutar de su última novedad: un delicioso brunch de estacionalidad que se celebra todos los sábados y domingos en el rooftop. Una oferta gastronómica deliciosa y muy castiza, donde los clásicos como el pincho de tortilla española con salsa madrileña y las patatas bravas no faltan, pero se mezclan con opciones más atrevidas como el fish & chips de bacalao y berenjena o el pollo en pepitoria, sobre pan de croissant de nuestro obrador, entre otros. Y todo marinado con unas vistas espectaculares de la capital española.