Lo reconocemos. Incluso estando de vacaciones la semana pasada no nos podíamos resistir y cada día entrabamos en la cuenta de una de las influencers más conocidas del país, María Pombo, para comprobar si por fin había publicado (como días antes había prometido) el house tour de su casa de Cantabria.
Un recorrido en redes sociales donde tanto nosotros como los más de 3 millones de seguidores que tiene la madrileña en su cuenta de Instagram vimos con todo lujo de detalles (como si hiciéramos la visita in situ) cómo era su casa del norte y cómo la había decorado.
La casa en el norte
Una casa de una sola planta rodeada por verdes prados donde se respira calma y tranquilidad y donde el estilo más natural y rústico lleva la seña de identidad, junto con destellos de diseño y decoración al máximo exponente en forma de papeles pintados, cabeceros, sofás y cuadros originales.
No nos hemos podido resistir a pillar ciertas ideas de interiorismo para nuestra casa. Es más, hasta nos han sorprendido algunas de ellas, como por ejemplo el hecho de que no haya puesto mamparas convencionales en los baños. No, no esperes las de siempre, sino más bien una alternativa de lo más rústica y natural (como no podía ser de otra manera para ir en armonía con el resto del hogar) y que desde un punto de vista práctico es más funcional como te contaremos a continuación.
Nada de mamparas convencionales
Olvídate de la hoja de cristal de siempre o de esas mamparas de puertas que se abrían hacia fuera o eran correderas. En Casa Vaca, así se llama el hogar del norte que tienen María Pombo y su marido para disfrutar con sus dos hijos y el resto de la familia de la influencer, no se ha optado por este sistema clásico y convencional para resguardar el resto del baño de las gotas y salpicaduras al ducharse.
Lo que han hecho tanto María como Pablo, siguiendo el mismo leitmotiv en el resto del baño, es apostar por una estructura de obra en blanco y líneas curvas y orgánicas. Así, la mampara está hecha toda ella de obra y hace las veces de frontera de estilo para separar la zona de la ducha de la zona de los lavabos (que curiosamente tienen la misma estética y también está hecho de obra).
No solo no gusta a nivel estético, sino que esta alternativa de mampara es más sencilla de mantener siempre limpia, no hace que la cal se quede en las juntas como podría ser el caso de las más clásicas y además tiene un estilo de lo más atemporal y duradero. Una especie de muro que hace que se aproveche mejor el espacio sin perder un ápice de elegancia y ambiente acogedor.
A juego con el resto del baño
La elección de estas curiosas mamparas no solo es todo un acierto desde el punto de vista funcional, sino también desde el punto de vista del interiorismo. Cuadra a la perfección con el resto de la decoración del baño y marca una continuidad visual y pulida con el mobiliario, también de obra y con las mismas formas curvas.
A destacar, en este conjunto, la combinación de estas estructuras de obra en blanco con la elección del suelo (no puede ser más rústico y con aire campestre) en forma de baldosas de barro cocido. El toque algo más llamativo y glamouroso, pero dentro de ese aire natural y vintage tan de décadas pasadas, viene en forma de grifería con diseño retro y acabado en oro envejecido.