
Foto: Estudio Ibarra
Desde hace años, nos han convencido de que lo neutro, es sinónimo de elegancia. Una casa con color, estampados o texturas, dejaba de ser "vendible", dando a entender que solo aquellas con bases neutras, vestidas con tonalidades como blanco, gris y beiges, eran las verdaderas casas bonitas, con valor e impolutas. El minimalismo se alzó como la tendencia preferida por muchos, llegando a extremos que, en ocasiones, terminaban por crear espacios impersonales. Las casas se diseñaban y se vestían para gustar a todos, perdiendo lo más importante, su propia identidad.
Paula Mena (@yeye.estudio), arquitecta, lo expresa con claridad: "Nos dicen que lo neutro es la apuesta segura, pero ¿y si en casa lo importante no es vender, sino vivir?" Con esta pregunta directa, su intencionalidad es clara, condenando a los hogares cortados por el mismo patrón. Y es que ella se define a sí misma como transparente y personalizada, unas cualidades que busca también reflejar en sus proyectos. De un tiempo a esta parte, las casas hablaban de sus habitantes, de sus gustos, de sus recuerdos, de sus pasiones. Ya fuera a través de un rincón emocionante, a suelos hidráulicos que se convertían en lienzos, colores que llenaban de vida el salón, o molduras que conseguían un efecto grandioso entre nuestras paredes.
No obstante, podemos celebrar que en 2025, lo emocional y lo sensorial está volviendo a cobrar fuerza en el diseño. Esta mirada más personal hacia el hogar, resuena en las tendencias decorativas que están emergiendo este año. Vuelven los azulejos, las piezas con textura y los objetos con historia. Todo esto, no es solo una casualidad, sino un reflejo de la necesidad de reconectar con lo auténtico, alejándonos del escenario neutro y aséptico para recuperar la casa como nuestro propio refugio emocional. Paula nos invita a soñar de nuevo: "¿Por qué renunciar a lo que te emociona?
Atrévete a diseñar un hogar con identidad".
5 estancias que van más allá de lo neutro
Desde la revista Interiores, nos hacemos eco de esta nueva forma de entender nuestro hogar, apartando a un lado al minimalismo extremo (sin olvidarnos de él), y apostando por estancias que recobran vida y que hablen de nosotros mismos. ¿Te identificas con alguno de estos espacios?