La luz natural es un elemento primordial en una casa. Que los espacios disfruten de muchas horas de sol puede ser clave para que el aspecto de nuestro hogar sea cálido y agradable. No obstante, la exposición constante puede resultar una molestia, razón por la que hay que optar por recursos que equilibren y neutralicen la luminosidad. Para ello, una de las mejores opciones son las cortinas. Aparte de suavizar la entrada de la luz natural, las cortinas visten de forma elegante nuestras ventanas y sirven como aliados para mantener la privacidad y la intimidad en el hogar.
La elección de estos textiles debe ser minuciosa, ya que no todos los tipos valen para cualquier espacio. Por eso, hemos recurrido a la interiorista Raquel Chamorro. La experta, con más de 25 años de experiencia, que cuenta con su propio estudio de diseño de interiores. Su estilo se caracteriza por fusionar los detalles clásicos con los modernos y transformar las viviendas en auténticos oasis de lujo.
En esta ocasión, Chamorro nos desvela todos los secretos a la hora de poner cortinas en el salón. La interiorista habla sobre el clásico debate entre estos textiles y los estores, los errores que más cometemos a la hora de integrarlas en nuestra sala de estar o la apuesta por los colores neutros. "La única ocasión óptima para el color blanco, es que la pared y la decoración sean modernas y del mismo tono", comenta la fundadora del Estudio Raquel Chamorro.

Foto: Raquel Chamorro
¿Cómo de importantes son las cortinas en la decoración de un salón?
Desde mi punto de vista, las cortinas ayudan a completar la estética del salón, aportando textura, color y fluidez. Tienen un papel fundamental en la acústica del espacio, ya que absorben sonidos y evitan la reverberación, sobre todo, en salones amplios con superficies duras como suelos de mármol o paredes de vidrio. Elegir unas cortinas adecuadas pueden rezar la arquitectura del espacio, suavizar la luz natural y dar la sensación de una mayor altura o amplitud, según como se coloquen. En definitiva, son mucho más que un complemento decorativo: son una herramienta clave en el diseño de interiores.
¿Sería una opción decorativa no poner cortinas? ¿Cuándo sí y cuándo no podemos prescindir de ellas?
En algunos casos se puede prescindir de las cortinas, pero siempre hay que valorar el contexto y las necesidades del espacio. Podemos prescindir de ellas:
- En espacios con grandes ventanales y vistas privilegiadas. Si el salón tiene acceso a un paisaje maravilloso como el mar, la montaña, jardines y otros; a veces es mejor dejar las ventanas despejadas para que la vista se convierta en el verdadero protagonista del salón.
- En diseños que son más minimalistas o contemporáneos. Algunas líneas como la industrial o la moderna favorecen espacios limpios, donde el cristal desnudo se convierte en un elemento arquitectónico en sí mismo. En ese sentido, también es válido no colocar visillos, aunque en un momento dado, se podrían poner cortinas que no se cerraran únicamente, sino que también cayeran en ambos extremos.
- Si la casa tiene cristales tintados, persianas ocultas, vidrios de control solar o incluso mosquiteras, puede hacer innecesario el uso de cortinas, sobre todo, si está resuelto el tema de la privacidad y la regulación lumínica.

Foto: Raquel Chamorro
En cambio, no podemos prescindir de las cortinas:
- Si la luz solar es demasiado intensa, puesto que las cortinas ayudan a filtrar la exposición, evitan el deslumbramiento y el sobrecalentamiento.
- Cuando se necesita privacidad: en viviendas urbanas, con vecinos cercanos, en pisos o cuando se tienen ventanas muy bajas. Las cortinas son esenciales para mantener la intimidad sin renunciar a la entrada de luz. Si queremos mejorar la acústica del salón, ayudan a reducir el eco y aportan confort acústico, sobre todo en espacios grandes y diáfanos.
¿Blancas o de color?
La única ocasión óptima para el color blanco, es que la pared y la decoración sean modernas y del mismo tono. Si las paredes están pintadas en un color arena, en un visón o un verde suave, el blanco no “viste” y no envuelve el espacio.
En cuanto a los colores, siempre que igualemos o engamemos con el tono de la pared, es una opción óptima. Recordad que los visillos, sobre todo, si las pinzas van con una cantidad de tela de doble y mitad, restan muchísima luz. Deben ser lo más claritos posible, de hecho, lo ideal es visón clarito o blanco roto.

Foto: Raquel Chamorro
¿Cuál es el mayor error a la hora de decorar un salón con cortinas?
- Cuando visito una casa, el error más habitual es que las cortinas no estén proporcionadas al tamaño de la ventana y la altura del salón. Muchas veces son cortas o estrechas, lo que da una sensación de descuido y reduce visualmente el espacio, sobre todo, cuando han encogido tras los lavados.
- Colocarlas demasiado bajas es un error común. Debemos ponerlas lo más cerca del techo, si hay cortinero perfecto, y si no lo hubiera, hay que utilizar barras de pared o techo. Los pliegues deben tapar la propia barra para que solo se vean los extremos y, así, no dejar que las anillas caigan por debajo y quede un espacio entre la barra y el inicio de los visillos o caídas.
- Por otro lado, si escogemos materiales inadecuados muy pesados, pueden recargar el ambiente. Si este es demasiado liviano, no cumple con la función de privacidad ni de protección solar.
- No tener en cuenta la orientación de la luz también es un fallo importante. Cuando hay mucha exposición solar, se deben colocar tejidos que filtren la luminosidad y eviten que el mobiliario se decore y estropee, como le pasa al suelo cuando es de madera.
- Por último, descuidar el mantenimiento hacen que las telas acumulen polvo o requieran limpiezas en seco, lo que puede ser poco práctico, pero imprescindible.
Alternativas a las clásicas cortinas
Las cortinas tipo visillo, los estores y las cortinas japonesas, ¿podrían ser alternativas acertadas?
Afortunadamente, sí. La elección depende del estilo decorativo del salón y de la funcionalidad que busquemos para este.
- Los visillos son una opción clásica y elegante que permite la entrada de luz sin restar privacidad. Son ideales para ambientes más románticos, rústicos o neoclásicos, aunque también podrían ponerse en espacios modernos si se eligen tejidos muy ligeros y sin apenas pliegues.
- Los estores son perfectos para ambientes contemporáneos y juveniles. También quedan muy estilosos si se combinan con caídas a ambos lados. Evidentemente, si hay un cubre radiador debajo, la única opción es poner estores, y nunca visillos cortos. Esa opción queda descartada. El diseño práctico de estos elementos, junto con caídas de tejidos, gruesos y finos; permiten jugar con la opacidad y la luminosidad de las texturas y materiales.
- Los paneles japoneses son una opción sofisticada y moderna, óptimas para grandes ventanales o puertas correderas. Aportan un aire zen y ordenado al espacio gracias a las líneas puras y limpias; aparte, que tienen una gran versatilidad en la combinación de colores y texturas. Cada opción puede adaptarse a las diferentes necesidades y el efecto que queramos conseguir dependiendo del estilo del salón que hemos decorado.
Como alternativas a las cortinas, Raquel Chamorro también explica que: "Se pueden colocar estores tipo screenque maticen el sol, y en los laterales poner cortinas decorativas. Esto es ideal para espacios modernos, combinando funcionalidad y estética. Yo soy más partidaria de poner el screen en las cocinas y baños, nunca en el salón ni en las habitaciones juveniles".
Y, termina diciendo que, "Lo que sigue resultando atractivo, sobre todo para las habitaciones de los chicos, son las lamas venecianas en decapé, con cualquier otro tono con caídas laterales. Este estilo nunca pasará de moda".

Foto: Carla Capdevila Interiorismo: Directora Creativa
¿Cuál sería la combinación ganadora?
No se puede hablar de una combinación ganadora porque siempre dependerá de las necesidades específicas de cada espacio y de las fórmulas que se necesiten para arroparlo. Siempre recomiendo acudir a un buen profesional.
Existen algunos trucos que sí son infalibles: cortinas de lino o de algodón en tonos neutros, más visillos blancos; con esto se consigue un estilo elegante y acogedor, permitiendo jugar con los diferentes niveles de opacidad.
Lo más importante es que las cortinas complementen la decoración, sin sobrecargarla, y que aporten equilibrio y coherencia al conjunto del salón. Se pueden poner lisas y una franja estampada con rayas o con jaretas de hasta 40 cm del suelo, así como la cabecilla. Esto es un acierto porque combinas la tela de las caídas con otros tejidos del salón o dormitorio, sin tener que poner estampadas que suelen cansar al cabo del tiempo.
Para casas con techos muy altos, sigue siendo maravilloso colocar cortinas que se abran y se cierren en su totalidad. Forradas: sedas finas con muletón por dentro; acordaros que deben arrastrar unos 5 o 10 cm del suelo. En el caso de los visillos deben “besar” el suelo sin que arrastren y sin que queden por encima, pero dejándolo a ras. Para ello, es importante que se tome medidas y se prueben como “si fuera un traje” volviendo a coger alfileres para que queden perfectamente regularizadas, puesto que no todos los suelos están nivelados al igual que el techo.