¡Qué gran papel hacen los estudios de interiorismo al ser capaces de ver las posibilidades que tienen apenas 60 metros cuadrados mega-compartimentados! Es lo que le pasó a las interioristas de Piedra Papel Tijera cuando vieron este piso del Eixample barcelonés, porque enseguida supieron que la clave estaba en una buena redistribución de los espacios, donde debían exprimir al máximo los centímetros disponibles.
Pero no solo hubo que centrarse en la distribución, también en otros aspectos, como la elección de la mejor paleta cromática para potenciar la luminosidad y fomentar un atractivo contraste entre los diferentes elementos que decoran y amueblan los espacios. Se optó por un tono arena generalizado, para el microcemento y las paredes estucadas, y el color negro para ciertos detalles.
Salta a la vista un hilo conductor basado en lo natural, tanto en el color predominante, como en el uso de la madera para el mobiliario y el frente de armarios. Y así se implementó, tanto en los dos dormitorios como en los dos baños, destacando más en la zona de día abierta, que comparte los usos de salón, comedor y cocina, y que fue una de las primeras acciones que se hicieron en el momento de tirar tabiques.
Quizás el único espacio que se sale un poco de esta norma estilística es la terraza que, teniendo en cuenta su previa inexistencia, se ha querido darle un protagonismo especial con cierto estilo setentero. Sobre todo, si además le añades el atractivo visual que ofrece, ya que mira hacia uno de los monumentos más fotografiados y admirados del mundo, la Sagrada Familia.