¿Te imaginas reformar tu casa de toda la vida, esa donde creciste con tus padres y hermanos, y convertirla en tu hogar familiar? Pues esta es la historia de la vivienda que te mostramos. La propietaria ha hecho suyo el piso de su infancia, "una transformación que para ella fue muy especial", explica la autora de la reforma integral, la arquitecta Anabel Soria.
Situado en el centro de Madrid, respondía a la distribución tradicional de antaño, con todas las estancias separadas, algo que debía cambiar para adaptarse a las nuevas necesidades del joven matrimonio y sus dos hijas. "Se tiró todo el piso abajo y lo dejamos completamente diáfano para empezar de cero una nueva distribución, con el objetivo de facilitar mucho más el vínculo y las relaciones familiares, creando una zona de día más diáfana y conectada entre sí", describe Soria.
El valor de conservar dos pilares originales y todas las ventanas
La ventaja de conocer tan bien de antemano la vivienda, es que el proceso fue mucho más sencillo "porque ya sabíamos los pros y contras que presentaba". Aun así, se vieron sorprendidos por los dos pilares que se encontraron tras la demolición y que decidieron restaurar y dejar "sí o sí" totalmente a la vista. La arquitecta lo justifica así: "Pensamos que es lo más característico de este proyecto y que le da un valor añadido a la base arquitectónica de esta reforma".
Esta fue una de las mayores dificultades del proyecto, ya que los pilares quedaban en el centro de la vivienda y se tuvieron que modificar algunos tabiques. Otra dificultad fue adaptar todas las nuevas estancias a las ventanas existentes del piso, porque todas tienen, incluidos los baños.
Salón-comedor más amplio y luminoso
De origen, inicialmente en el pasillo había cuatro dormitorios que se convirtieron en tres, dos de ellos completamente simétricos para cada una de las niñas. De los dos baños, uno era muy estrecho y pequeño y se consiguió hacerlo más grande. Y la cocina, que se ha mantenido en su misma ubicación de antes, se ha abierto, respondiendo a una de las necesidades principales del proyecto, así como la de hacer el salón-comedor mucho más amplio.
En ambos ambientes, dado que se encuentran en el mismo espacio, se buscó enmarcarlos de alguna manera para delimitar su particular zona y se hizo mediante las molduras de Orac Decor en los techos, tanto del comedor, como del salón.
La cocina sale del pasillo y se abre a la zona de día
La cocina, que ahora está totalmente comunicada con el comedor, se muestra al mismo tiempo separada gracias a la cristalera, ya que seguía formando parte del pasillo. Una cristalera que, a modo de celosía, introduce estéticamente esas líneas más curvas que la arquitecta buscaba para contrastar con una base más sencilla y cuadrada.
De hecho, uno de los sellos particulares de Anabel Soria Arquitectura e Interiorismo es que suele romper con los pasillos, es decir, "procuro que estos sean mucho más cortos, incluso intento eliminarlos y transformarlos en pequeños distribuidores o darles un uso propio".
La estancia estrella del proyecto es la sala polivalente
Pero si hay un espacio en la zona de día del que se sienten orgullosos, tanto la familia como la arquitecta, es la sala polivalente que se esconde tras una puerta corredera y que se comunica directamente con el salón-comedor. Se trata de una antigua habitación que daba directamente al salón y que ahora propone diferentes usos: despacho, sala de juegos, dormitorio de invitados…
En el día a día puede estar abierta y servir de sala de juegos de las niñas, estando conectada directamente con el salón y la cocina para favorecer la comunicación entre los cuatro miembros de la familia. En caso de invitados, hay un armario a medida con una cama abatible y, simplemente cerrando la puerta, se consigue la privacidad necesaria.
Adaptarse a cada estilo con espacios neutros y atemporales
Sin duda, a los propietarios, el espacio que más les gusta es la zona de día, incluyendo esta sala polivalente, junto con la terraza, "ya que es donde viven momentos más en familia y donde también se reúnen con los amigos, algo que les encanta", explica Soria.
Y precisamente, a través de unos amigos, a quienes les hizo una reforma en Valencia, fue como conocieron a la arquitecta. Por eso saben que se adapta fácilmente al estilo de cada cliente sin perder la esencia y creando espacios neutros y atemporales. "Es en los complementos donde jugamos más con el color, ya que se pueden cambiar más fácilmente, a la vez que las modas, y lo hacemos destacar sobre mobiliario de tonos claros", explica.
Y sobre esa base neutra también suele añadir en sus proyectos piezas especiales, como las que hay en esta vivienda -el sofá rompedor, algunas antigüedades y ciertas formas orgánicas-, "que son las que marcan la diferencia entre una vivienda y otra". Puede decirse, por tanto, que la reforma ha adaptado la vivienda a todas las necesidades que tenían como familia y la decoración le ha dado ese toque personal que buscaban.
"Una obra nueva o una reforma ha de durar muchos años, así que jugamos con los complementos para poder cambiarlos a la vez que las modas" _ Anabel Soria Arquitectura e Interiorismo