Tener un piso pequeño no implica necesariamente renunciar a una estética cuidada y este diseñado por la interiorista Polina Ditsman es un buen ejemplo de ello. Se trata una vivienda de 45 metros cuadrados muy diáfana, donde la diseñadora ha logrado sacar el máximo partido al espacio, que es elegante y funcional al mismo tiempo. El apartamento destaca por seguir la tendencia bold en el mobiliario, es decir, por tener muebles con curvas. Este tipo de formas favorecen la circulación del espacio, consiguiendo que parezca más grande y suavizando las estancias, lo que sin duda beneficia a un piso como este.
La cocina está abierta al salón comedor, algo que es muy habitual. Pero lo que sorprende de este apartamento es que el dormitorio también está integrado en esta misma estancia, separado únicamente por una cortina. "Cuanto más versátil sea el movimiento y el flujo dentro del espacio, más interesante será experimentarlo y vivir en él, aunque el metraje sea pequeño", explica la interiorista en ese sentido.
Para maximizar la sensación de este espacio diáfano, Ditsman ha elegido colores claros tanto para las paredes como para la mayoría de muebles y elementos decorativos. Un efecto que se potencia mediante la gran luminosidad con que cuenta la casa, gracias a los grandes ventanales de la estancia principal, que al estar cubiertos con cortinas de una tela muy ligera dejan pasar mucha luz natural. Aunque todo el conjunto sigue un estilo más bien minimalista, no cae en la impersonalidad, sino que resulta un lugar acogedor que transmite calma y paz gracias a la elección del mobiliario y los elementos decorativos.