Una interiorista italiana reforma una antigua cocina y arrasa con estas 5 ideas fáciles de copiar (FOTOS del ANTES Y DESPUÉS)

Italia es el país de los jarrones de Murano, el estilo toscano y los colores cálidos. El estado europeo nos ha dado la oportunidad de conocer la decoración que predomina en sus casas tradicionales que, poco a poco, vamos trasladando a nuestros hogares. De hecho, la estética italiana de los años 50 es una de las tendencias más destacadas de esta temporada, tal y como declaró para Interiores la anticuaria, Judith San Quintín. Este diseño vintage se puede llevar a cabo en todos los espacios de forma sencilla, ya que con esta nación compartimos el estilo mediterráneo.

Uno de los espacios que podemos transformar, inspirándonos en el estilo del país europeo, es la cocina. Para ello, nos hemos fijado en la increíble reforma de la interiorista italiana, Ludovica Donvito. La experta cuenta con una dilatada trayectoria en el sector del interiorismo y sus proyectos destacan por los detalles clásicos, los materiales naturales y las tonalidades acogedoras.

Uno de los últimos proyectos de Ludovica Donvito es la renovación de una cocina tradicional. La interiorista se encontró con un espacio anticuado y dejado, así que la transformación debía ser integral. Para conseguirlo, cambió el revestimiento de todas las paredes y apostó por realzar uno de los colores en tendencia de la última temporada: el rojo burdeos. Todas las ocurrencias que ha llevado a cabo son tan prácticas, que se pueden trasladar a cualquier cocina. De todas ellas, hemos destacado 5 ideas muy modernas.

ANTES: unos azulejos y pocos muebles de almacenaje

La cocina que tuvo que reformar la italiana estaba muy descuidada. Las paredes tenían humedades, la pintura estaba desgastada y las baldosas no se conservaban en buen estado. Además, el espacio no contaba con suficientes muebles de almacenaje, ya que donde se tendría que ubicar la encimera, disponía de un gran número de electrodomésticos. Las únicas piezas que contaban con capacidad para guardar eran unos modelos altos situados sobre el salpicadero.

DESPUÉS: una cocina llena de ideas para aprovechar el espacio y sumar elegancia

El principal reto de Ludovica Donvito era integrar elementos contemporáneos sin perder la esencia clásica del ambiente. Para ello, escogió detalles típicos de las cocinas, como los azulejos; y los fusionó con tendencias actuales, como el rojo burdeos. La interiorista mantuvo la distribución del espacio y le otorgó a la estancia una personalidad propia gracias al suelo hidráulico y el office.

La primera idea que vemos plasmada en esta cocina son los azulejos del salpicadero. La italiana cambió las baldosas desgastadas, por unos modelos blancos que transmiten mucha pureza. Son sencillos, clásicos y desprenden una gran serenidad.

En la misma zona, encontramos que Ludovica añadió una segunda ocurrencia muy ingeniosa. Optó por poner unos estantes de obra, que se integran a la pared y no ocupan nada de espacio. Es una alternativa sensata para sumar capacidad para guardar y, además, dar un toque distintivo al salpicadero. En estas baldas, combina los detalles decorativos y los funcionales.

En la organización inicial, los electrodomésticos estaban a la vista y no permitían poner una encimera como es debido. En la cocina actual, la interiorista apostó por integrarlos en los muebles bajos de almacenaje. Quedan ocultos y no estorban en la armonía del ambiente. Los armarios que escogió son amplios y cuentan con mucho espacio para guardar. El revestimiento en rojo es un gran acierto para dar fuerza y estilo a todo el espacio.

Otra idea que se puede copiar de esta cocina es la de prescindir de los muebles altos. La estancia original tenía un armario blanco que se encontraba al lateral de la campana extractora. En el nuevo diseño, Donvito lo retiró y puso un estante que cumple con una función decorativa. Le añade algunos detalles como libros, cuadros y una lámpara. Además, este elemento diferencia la zona de los azulejos con la parte alta de la cocina, revestida con pintura blanca.

El toque final fue crear una cocina más abierta. La interiorista lo convirtió en un espacio más diáfano, renunciando al muro que diferenciaba la estancia. En la distribución actual, encontramos que la zona queda dividida por una pared desmontable, con ventanas incluidas, que hace que el ambiente luzca más amplio.

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