Las paredes con textura son una de las tendencias de 2025. Dispuestas a destronar a las lisas y blancas, lienzos perfectos, logran imprimir un plus de calidez y de belleza a las estancias. Además de potenciar la personalidad del espacio donde se ubican y de saber adaptarse a cualquier estilo decorativo. Y en A’Barra podemos decir, sin temor a equivocarnos, que no hay una pared ni un techo liso e impoluto.

Diseñado por la interiorista Silka Barrio, una especialista en crear proyectos singulares y artísticos, el interiorismo de este restaurante madrileño apuesta por la tradición española con un toque moderno, capturando la esencia del árbol de la encina (solo hay que mirar su barra), pilar cultural del jamón ibérico.

Sin olvidar, la (fuerte) presencia del pavimento que es parte también del trío de materiales y elementos que dan forma al interiorismo. “La madera, el estuco y los granitos seleccionados no solo forman parte de la estética del espacio, sino que se entrelazan para crear un ambiente cálido y acogedor que invita a la reflexión y a la celebración de la tradición”, afirma Barrio.

La barra del restaurante

La barra central de granito verde recuerda a un árbol

Foto: A'Barra

Cocina y decoración: una relación bien avenida

En A’Barra, decoración y cocina van de la mano. El secreto de este restaurante situado en el exclusivo barrio de El Viso (Madrid) y estrella Michelin, reside en la defensa del producto, la admiración por el respeto y la tradición.

Características que también están en su interiorismo. Así, la experiencia sensorial empieza desde la entrada con una puerta escultórica que evoca las profundas raíces de la encina, hasta la barra central de granito verde que recuerda el tronco robusto de este árbol icónico, sumergiendo al comensal en un ambiente que despierta los sentidos. 

Vista del comedor del restaurante A'Barra

 El interiorismo de Silka Barrio suma paredes, suelos y techos al proyecto decorativo 

Foto: A'Barra

Espacios con historia

A'Barra se despliega en 700 m² de elegancia atemporal y acogedora, con una capacidad para 60 comensales, ampliable a 130 para eventos especiales. Cada espacio es una historia que contar, cada área, desde las elegantes cavas hasta los reservados más íntimos, es un capítulo de un relato que envuelve la alta cocina y el diseño.

“Cada rincón es una invitación a sumergirse en una experiencia culinaria donde la emoción, la curiosidad y la memoria se entrelazan, dejando una impresión duradera en cada visitante”, señala la interiorista. ¡Y lo consigue!

Reservado del restaurante A'Barra

La iluminación, sutil y cálida, y las vistas son también parte de la decoración

Foto: A'Barra

La luz, tanto natural como artificial, cuenta también con un importante papel. Así, la natural se filtra a través de cada rincón del restaurante como los rayos de sol en un bosque, creando un entorno íntimo y acogedor, mientras que la artificial, suave y sutil, acompaña y da forma a la distribución. Un entorno ideal para los amantes de la alta cocina, que buscan una experiencia gastronómica basada en la calidad del producto que, en la dirección, la experiencia y las manos del chef Sergio Manzano resulta única.