A solo unos kilómetros de la costa caribeña, al sur de Cartagena, se encuentra Isla Barú. Un paraíso que consigue mantenerse a día de hoy un poco escondido y que dispone de paisajes espectaculares y una fauna y flora digna de contemplar. ¿El lugar donde alojarse? Sin lugar a dudas Sofitel Barú Calablanca, un oasis de paz que consigue conquistar a todo quien decida ir a visitarlo. "El hotel es puro diseño colombiano, todo construido con madera del país y con todo lujo de detalle", nos explica Karyen Leung Wong, Marketing y PR Manager del hotel. 

Ubicado sobre colinas, con habitaciones y suites con vistas panorámicas al mar y con una diversidad de naturaleza mágica: Sofitel Barú Calablanca Beach Resort es la excusa perfecta para unas vacaciones relajantes y rodeadas de diseño y lujo discreto en Colombia. Un lugar que se encuentra a muy poco de la famosa Cartagena, ciudad portuaria de 490 años de antigüedad repleta de historia, pero con un turismo que cada vez aumenta más y más. Barú, en cambio, consigue mantenerse como un paraíso tropical donde poder disfrutar de unos días tranquilos sin renunciar a todo lujo de detalle. ¡Bienvenidos a Sofitel Barú Calablanca Beach Resort! 

El hotel forma parte totalmente del entorno en colores y materiales así como estructura.

Arquitectura respetuosa con el entorno

Con un diseño inspirado en su entorno, Sofitel Barú Calablanca se ha convertido en uno de los lugares más importantes a nivel nacional e internacional. Un espacio que busca perfeccionar la experiencia de cada momento y se consigue cuidando hasta el más mínimo detalle para crear una atmósfera de refinamiento y sutileza. En pocas palabras, persigue trascender lo común y cotidiano a los rituales propios de la firma Sofitel. Así, todos sus espacios, desde habitaciones, bares, restaurantes y zonas de bienestar, son santuarios que entregan un enfoque holístico del bienestar, con una paleta de colores neutros y clara inspiración de la magia costera. 

"El hotel queda totalmente integrado en la natura, en el entorno donde se encuentra como si fuera parte de él", nos sigue contando Karyen Leung. El estudio encargado del diseño arquitectónico del proyecto ha sido AIA –Arquitectos e Ingenieros Asociados– quienes han buscado un concepto de lujo europeo, minimalista, donde la tranquilidad, sobriedad, privacidad y el contacto con la naturaleza sean una realidad. ¿La clave? Un desarrollo de baja altura que estuviera mimetizado con el entorno con edificios de máximo tres pisos con vistas al mar en todas las habitaciones. 

Arquitectura respetuosa con el entorno donde se ubica Sofitel Barú Calablanca.

Colores y materiales propios de la época seca

En Colombia no se habla propiamente de estaciones, sino más bien de dos épocas: la seca y la lluviosa. Durante la primera, los colores tierra son los protagonistas y en la segunda, todo se tiñe de verde y flores coloridas. El hotel vive las dos estaciones y los dos paisajes, pero AIA quiso potenciar los tonos de la época seca para poder ofrecer una relación mimética en ambos escenarios. La piedra caliza clara que aparece en las fachadas del hotel se complementa con ladrillos de gran formato color tierra en los muros exteriores e interiores. Y a ellos se le agrega el uso de madera alistonada, que fue tratada mediante la extracción de sus azúcares con el fin de garantizar su durabilidad en el tiempo y mármoles locales en los pisos cortados tipo tablón para generar una paleta de colores y texturas rica e interesante. 

Hablemos de interiorismo 

Marcela Villegas, de Entornos Productivos, es la mente detrás del interiorismo de Sofitel Barú Calablanca siempre a mano con el estudio AIA. Arquitectura y diseño deben ir siempre en una misma línea para conseguir los resultados deseados. Así, el interiorismo del hotel es una continuación de la búsqueda de ser parte del entorno y adaptarse a él. Naturaleza, lujo francés, la necesidad de perdurar en el tiempo, el bienestar y la tranquilidad. 

Calidez, lujo discreto y tonos neutros en el interiorismo del hotel.

Así, Villegas se inspiró en la naturaleza circundante y se apoyó en las tradiciones artesanas y materiales disponibles en el entorno local. Gran parte de la decoración fue proveída por Artesanías de Colombia y grupos artesanos locales. Y las obras de arte de artistas como Joaquín Restrepo, Kindi Llajtu, Fabio Mesa, Nardy Getiva o Juan Carlos Delgado. 

Habitaciones donde descansar mucho

Las 187 habitaciones y suites del Sofitel se encuentran dentro de bloques modernistas independientes de hormigón, piedra y madera nativa. Cada uno ha sido bautizado con el nombre de aves encontradas en Barú. Todos los dormitorios son grandes y agradables, con vistas al mar y con una paleta de colores neutros y un ambiente minimalista, siguiendo el mismo objetivo que el resto del resort. "Todas las habitaciones, independientemente de su categoría, cuentan con balcones o terrazas privadas (algunas con jacuzzis) que miran al azul caribeño sin obstáculos en el camino" sigue diciendo Karyen. 

Las habitaciones y suites de Sofitel Barú Calablanca son el lugar donde descansar completamente.

Una oferta gastronómica muy extensa 

El hotel cuenta con una oferta de comida y bebidas espectacular, para no cansarse nunca. Restaurantes y bares con una oferta gastronómica muy amplia con opciones prácticamente procedentes de todas partes pero con su toque colombiano. Destacan Calablanca, el lugar donde se sirven todas las mañanas el desayuno con una oferta espectacularmente enorme donde no fata ningún lujo de detalle.

Una oferta gastronómica variada y deliciosa en Sofitel Barú Calablanca.

Así como La Pérgola, el bar ubicado en el edificio principal con las mejores vistas del atardecer. A ello se suma Bahía, un restaurante ubicado al aire libre frente al mar donde disfrutar de una selección de parrilladas y cócteles deliciosos. 

Exteriores para vivir en Sofitel Barú Calablanca.

El hotel también cuenta con un precioso centro de bienestar con todo tipo de tratamientos para complacer a todas las necesidades. Un lugar mágico, tranquilo, donde uno consigue relajarse sin rasgo de duda alguna. Y por supuesto no pueden faltar sus enormes piscinas, salida al mar directa y opciones acuáticas (y no acuáticas) para unos días inolvidables, así como un kids club y un gimnasio muy bien equipado. ¿Ya te hemos convencido?