Hay un precioso arbusto al que tu jardín espera para ser decorado. Sí, también ahora en invierno. Se trata del durillo, una planta que destaca por una fortaleza y resistencia que no le quita mérito a su belleza innata y al poder decorativo que desprende para un espacio exterior. Una alternativa perfecta para dar un soplo de naturaleza y de color a esa terraza que se ha quedado un tanto marchita desde que han llegado las temperaturas más bajas.
Espectáculo mediterráneo
El durillo es una planta que sorprende por su increíble floración y es precisamente este detalle el que hace de esta especie floral la candidata perfecta para adornar espacios exteriores; también en la temporada más fría. Es más, durante los meses en los que más baja el termómetro es cuando el durillo se muestra en todo su esplendor con unas hojas de un verde brillante e intenso y unas flores que acaban de nacer justo en otoño.
Estos ramilletes son de pequeño tamaño y al principio adquieren un tono rosado que poco a poco se va tornando a un luminoso tono blanco que es característico de esta especie floral. Durante los meses de verano, el durillo presentará unos frutos de color azul oscuro que, pese a que son realmente llamativos por su apariencia, hay que tener cuidado con ellos, ya que son tóxicos para las personas.
Los cuidados del durillo
Aunque tiene su origen en zonas mediterráneas, esta planta resiste bien el frío porque apenas demanda cuidados demasiado complicados y es capaz de soportar con estoicidad condiciones climáticas adversas. Otra ventaja para una planta que es perfecta, además, para aquellos que se inicien en el arte de la jardinería.
Para mantener tu planta de durillo en buen estado de salud y crecimiento es importante que se lleve a cabo un riego moderado sin encharcar la planta, ya que de este modo sufriría. Además, cuando llegue la temporada de primavera es el momento idóneo para darle una buena inyección de energía, aportándole un fertilizante de calidad. Pero cuidado con excederse; solo la cantidad justa que marque en cada caso el fabricante de este abono.
Su poder decorativo
Como hemos dicho, lo más llamativo del durillo son sus hojas y flores y ahí reside su encanto para vestir de estética una zona del jardín o la terraza. Así puedes colocarlos de manera aislada decorando pequeños rincones sobre macetas de barro artesanales, o bien crear un especial parterre o macizo sobre superficies y bases más estéticas, limpias y minimalistas para un toque más moderno y contemporáneo.
En cualquier caso, ubica siempre tu durillo en una zona donde haya sol o al menos mitad sol y mitad sombra y donde, llegado el caso del invierno más duro, no haga demasiado viento fuerte. Al abrigo de un muro es un sitio ideal para protegerlo; además, de que así podrás vestir de interiorismo esta pared con sus bonitas flores blancas.