Más recto. Más a la derecha. Un poco más abajo. Frases que te sonarán cada vez que estás intentando colgar un espejo en tu hogar para que quede simplemente perfecto. Si esto se suponía un suplicio a la hora de acertar con la decoración ideal de tu casa, estás de enhorabuena, ya que no tendrás que taladrar más la pared y colocar con esfuerzo espejos pesados sobre la misma. Y no solo por una cuestión meramente práctica, sino de estilo. Ya no se lleva lo de colgar los espejos.
Lo que ahora está de moda es apoyarlos, simplemente, con delicadeza y todo el toque sutil del mundo. Así de sencillo y sin que te tengas que poner manos a la obra o subirte a una escalera. Bastará con que los apoyes sobre una balda, una repisa, un mueble, en pequeños muretes de obra e incluso dar vida a cabeceros. Todo vale en estilo y funcionalidad.
Muy a la moda
Estarás de acuerdo con nosotros en que lo de agujerear la pared a la larga puede resultar una práctica poco cómoda, ya que cuando quieras cambiar espejos o cuadros de sitio, tendrás que arreglártelas para tapar los antiestéticos desperfectos de los murales. Pero, hay mucho más en cuanto a ventajas de esta tendencia que no cesan: no marcas la pared ni la dañas, no tienes que ser un manitas para colocar los espejos y te permitirá cambiar la decoración siempre que quieras (bastará con mover el espejo de sitio).
Así que mucho mejor dejarlos sencillamente apoyados para dar un aire de lo más original e informal (incluso si la estancia denota una decoración más clásica o elegante también es perfectamente válido). Y ya que te hemos convencido de que guardes el taladro para otras pequeñas reformas en casa, hazte con estos espejos de IKEA que quedarán perfectos sin colgarlos en las paredes de casa.
Cuatro modelos de espejos de IKEA ideales para NO colgarlos en la pared