Tenemos un buen ejemplo cuando decimos que la cocina no es un terreno inexplorable para el papel pintado; al contrario, sus paredes son perfectas para ser vestidas con este elemento decorativo tan versátil. Para demostrártelo, nos hemos ido (de manera virtual, a través de su cuenta de Instagram) hasta la misma cocina de la empresaria y creadora de contenido Amelia Bono.
Una mujer vitalista, optimista y divertida que hace gala de su buen gusto tanto a la hora de combinar las prendas de su armario, como a la hora de dar vida a un hogar decorado con las últimas tendencias y donde la hija del expolítico José Bono vive con sus cuatro hijos.
Un acogedor, sensual y elegante jardín en la cocina de Amelia Bono
Dado el carácter de nuestra protagonista, no es de extrañar el motivo que ha elegido Amelia Bono para dar ese plus deco a las paredes de su cocina en forma de papel pintado y salirse de un patrón más común y convencional como son los revestimientos, entre ellos, los azulejos. Un estampado alegre en forma de un exótico paisaje y que va perfectamente en la línea de los colores, motivos y dibujos más acertados y más en tendencia para las cocinas. Y es que estas estancias son el hábitat natural de los motivos botánicos, vegetales, florales y aquellos que nos transportan y conectan el hogar con la naturaleza.
Una escena, en el caso del papel pintado de esta cocina, donde se cuelan además animales y donde el discurso narrativo en forma de colores nos lleva hasta tonos dulces y pastel como son el azul, el rosa o el verde empolvado. Tonalidades que suman calma, romanticismo y calidez a esta estancia de la casa de Amelia Bono que, como se ve, está tocada también con el don de una iluminación natural preciosa.
Este paisaje ofrece un ambiente contemplativo que encaja a la perfección con esta cocina toda en blanco; es más, el papel pintado consigue romper dicha monotonía de color y dar movimiento a todo el espacio. Una cocina de líneas clásicas y salpicada de detalles tradicionales como son los pomos de las puertas con regusto vintage, la alacena con cristalera o las molduras o cuarterones de los frentes de los armarios. Notas sutiles que nos llevan a un estilo sencillo, artesanal y con cierto aire rústico; no por ello menos funcional y atemporal.
Papel pintado en todas las estancias (cocina incluida)
Con la cocina de Amelia Bono hemos desterrado de una vez por todas las idea de que el papel pintado solo puede explorar sus límites decorativos en salones, dormitorios y pasillos. Su magia va mucho más allá y se adentra con toda su personalidad tanto en baños o como en cocinas, como es el caso.
Motivos por los que el papel pintado en la cocina es un sí
El acento decorativo que pone un papel decorativo es una suma más al interiorismo de una estancia, ya que es capaz de transformar un rincón para convertirlo en otro casi completamente distinto, dando una apariencia más singular, personal y atractiva. Un recurso que, por si fuera poco, también cuenta con sus ventajas prácticas al ser empleado en la cocina: muchos de ellos se pueden lavar sin problema por lo que su mantenimiento y durabilidad es mayor; resisten a roces y hasta nos sirven como camuflaje de estilo para disimular pequeñas imperfecciones. Además, ayudan a que la estancia gane en amplitud y perspectiva cuando se trata de estampados y, si ofrecen un acabado texturizado, la sensación del ambiente es mucho más acogedora.
Razones más que suficientes y que en su día fueron la fuente de inspiración para que Amelia Bono se decantase por el papel pintado para dar vida a las paredes de su cocina.