Sin miras tu dormitorio no es complicado adivinar la pieza que se lleva todo el protagonismo y todas las miradas y esta es la cama. No es solo un elemento donde descansar y conciliar el sueño después de una larga jornada de trabajo, sino que es un espacio que debe estar bien vestido y contar con una buena presencia.
Si has apostado por su decoración y quieres que tu cama rebose elegancia estás de suerte. Tenemos las claves (en forma de pinceladas de interiorismo) para acertar y admirar tu cama como si de una obra escultórica se tratase. Echa un vistazo y toma nota de cómo hacer que esta pieza nada tenga que envidiar a las del mejor hotel. Te dará hasta pena deshacerla por las noches.
Sábanas delicadas en tonos claros
Aquí te damos una máxima: las sábanas blancas son la opción perfecta para vestir una cama con aires elegantes y presumir de interiorismo. Te dejamos que, si no son del todo blancas, al menos no te vayas a colores demasiado llamativos y tires más por tonos neutros, suaves, calmados o con pequeños motivos o dibujos florales.
Ya si te quieres ir a otra paleta cromática no tan desnuda, las colchas y fundas nórdicas son la solución a tu idea decorativa. Incluso si prefieres seguir con el leitmotiv en blanco absoluto, puedes elegir una funda nórdica en blanco; pero, en este caso, mejor si metes algo de dosis colorida en forma de cojines que, incluso, no tienen que ser iguales y sí hasta de estampados distintos.
Nunca hay pocas almohadas y cojines
Seguro que te has fijado en cómo los hoteles presumen de camas elegantes repletas de almohadas y cojines. Pueden hacerlo por un motivo práctico para que cada huésped se encuentre más cómodo o bien, seguramente, por vestir de estilo elegante la parte central de la habitación. Tú puedes hacer lo mismo añadiendo bastantes almohadas y cojines en colores que hagan contraste con un cabecero sencillo y unas sábanas y colcha que tampoco llamen mucho la atención.
Sin embargo, si no tienes miedo a las mezclas y te gusta jugar con el interiorismo del dormitorio principal de casa, atrévete a mezclar colores y estampados en cojines, almohadas, tapizado del cabecero e incluso papel pintado en esa pared que cobija la cama. Y un tip añadido en este caso: no coloques los cojines como caigan o al azar: combina geometrías, formas y tamaños, pero siempre con algo en común en todos ellos.
¿Sabes qué son los plaids?
Los plaids son piezas textiles que no solo son de lo más acogedoras cuando hablamos del interiorismo de una cama, sino que son fundamentales para que esta destile elegancia innata. Eso sí, lo acertado es elegir plaids que sean suaves, cálidos y con unos tonos coloridos que contrasten con el resto de textiles de este elemento de descanso.
O bien, puedes apostar por un look más desenfadado (pero sin alejarnos mucho de nuestra idea de tener una cama decorada con toda la elegancia) con motivos y estampados de contraste, decantarnos por un estilo patchwork más natural o bien apostar por líneas más sobrias que aporten además un punto de glamour al escenario.
Un buen cabecero lo dice todo
El cabecero también es importante a la hora de vestir la cama, ya que forma parte de ese conjunto visual que aprecias a simple vista nada más entrar en el dormitorio. Aquí, las opciones se multiplican tanto como los gustos y estilos de cada persona: los más altos en capitonés, los tipo orejero, los que tienen un toque más natural con fibras naturales.
Sea cual sea la elección, a la hora de decantarte por uno para dar vida a tu cama elegante, ten presente la pared del fondo, cómo son los textiles que tienes en la cama e incluso el estilo de las mesillas de noche que flanquean esta pieza de mobiliario. No decimos que tenga que ser todo igual con el mismo color o el mismo material, pero sí que guarde cierta coherencia y armonía de estilo en ese camino hacia la elegancia.