No es casualidad que tanto la firma de moda SLOW LOVE (de la que la periodista es directora creativa y fundadora) y su casa familiar (que comparte con su marido ingeniero y los hijos pequeños de la pareja) sigan la misma estela de calma, de sosiego y de conexión con la naturaleza. Moda aparte, hemos recorrido la casa de la almeriense con su permiso para descubrir un hogar amplio, espacioso, donde la luz se multiplica a cada paso y donde el diseño de los detalles más especiales convive con un entorno cómodo y de lo más familiar para los cuatro.
Una edificación que la misma presentadora de informativos supervisó desde cero y donde su máxima para construir su hogar familiar fue que este estuviese comprometido con un estilo de vida green y sostenible como el que ella misma predica en su día a día en muchos aspectos de su vida.
Vivida de puertas para afuera
En el diseño de la casa se han eliminado muchos tabiques para apostar por estancias que se comunican, se dan la mano y dejan pasar buenas dosis de luz natural por todos lados. Una vivienda que además deja paso a la naturaleza presente en el jardín exterior gracias a los numerosos y amplios ventanales de un hogar situado en la zona noroeste de la capital madrileña.
Precisamente, dichos miradores naturales ocupan buena parte de las paredes de una casa que salvo en ciertos espacios (como el dormitorio que veremos a continuación o el baño principal) están decoradas con unos cuadros de arte abstracto que nada tienen que ver unos con otros ya que no guardan una sintonía simétrica. Lo que sí comparten (amén de diferentes formas o tamaños) es el empleo de colores vitales para el toque perfecto a esta luminosa casa con el blanco como base cromática y de interiorismo.
Aparte de este tono, la madera (como no podía ser de otra manera con la máxima de vida sostenible y sosegada) es la otra protagonista del diseño de esta preciosa casa que la periodista disfruta con los suyos siempre que el trabajo se lo permite y no se baja al sur, a su querida tierra andaluza.
Calma absoluta y minimalista
Dejamos las zonas comunes de la vivienda y nos adentramos en el que es el espacio más íntimo de Isabel Jiménez, su dormitorio. En este caso no nos sorprende que no haya elegido un cuadro o motivo decorativo alguno para dar alguna nota de color a unas paredes completamente en blanco de una estancia vestida de tonos tierra y verde y que se abre a un vestidor con la misma cronología de colores.
¿Quién pondría un cuadro ante semejante espectáculo visual? Nos referimos al enorme ventanal de la habitación que nos ofrece unas maravillosas vistas sin movernos de la cama, haciendo que la zona del jardín se cuele como el único intruso con permiso en el dormitorio.
Solo hay una pequeña concesión decorativa sobre una de las paredes y no es otra que un sencillo espejo de cuerpo con perfil de madera y que aparece reposando en calma (ni siquiera se ha fijado en el centro mismo de uno de los tabiques).
Cuando dejar la pared en blanco es todo un acierto
No solo nos sirven para delimitar estancias y espacios, sino que muchas veces una pared (incluso la que está desnuda y a priori no nos dice nada) puede dar una perfecta lección de estilo. Y aunque te pueda parecer que dejar las paredes en blanco sin ningún tipo de cuadro o elemento decorativo puede ser aburrido o soso, ficha estas ventajas que ponen en relieve lo especiales que son las paredes completamente en blanco.
- Estilo a raudales: estos lienzos en blanco crean un ambiente de lo más acogedor (aunque algunos digan que tiene un aire demasiado frío y un tanto hostil). Así, de una manera sutil acompañan al resto del interiorismo de una estancia dándole el protagonismo que merecen muebles y accesorios. En el caso de la habitación de Isabel Jimenez, la cama, el ventanal y el mueble bajo de madera a modo de banco.
- Efecto multiplicador: tanto del espacio disponible como de la luz que entra en el espacio haciendo que las estancias sean más luminosas. Como vemos en el dormitorio de la presentadora este es más bien pequeño; pero los metros de menos se suplen con este efecto óptico de lo más mágico que dan las paredes.
- Siempre a la moda: el blanco es un color perfecto en el sentido de que nunca pasa de moda y es de lo más versátil para combinar con cualquier estilo decorativo y hacer que destaquen todo tipo de colores y materiales. Es tan discreto que su único cometido es hacer las veces de trampolín para que la decoración pase a un primer plano. Y vaya si lo consigue.