En un abrir y cerrar de ojos, el buen tiempo habrá llegado. La subida de los termómetros siempre es una buena noticia en casa, ya que disfrutamos de más horas de luz natural y podemos estar en nuestros espacios exteriores. No obstante, para aquellas personas que no cuentan ni con aire acondicionado ni ningún sistema de climatización óptimo, el aterrizaje del verano puede suponer un verdadero estrago. Además, el regreso de la nueva estación supone un incremento de la humedad, razón por la que los ambientes de nuestro hogar se pueden ver perjudicados.
Para paliar las altas temperaturas y el exceso de humedad en casa, apuesta por una planta con capacidades para reducir estos factores. No se trata ni de la sanseviera ni la aloe vera (que también tiene propiedades de absorción), sino de la cinta. Esta especie se caracteriza por tener unos tallos alargados muy característicos, que contribuyen a purificar el aire.
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Cinta: la planta resistente y discreta, perfecta para poner casa
Muchos conocemos a la cinta por no estar puesta en el suelo, sino suspendida del techo. Debido a que sus largas hojas superan los 70 centímetros, se pueden poner colgadas de una maceta. Los tallos se dejan caer y crean un efecto muy original. Sin embargo, este ejemplar también se puede situar en la superficie de cualquier rincón de la casa, sea interior o exterior.

Foto: Canva
Una de las propiedades más características de la cinta es que absorbe muy bien la humedad. Para aprovechar al máximo esta particularidad, lo más idóneo es ubicarla en unas estancias donde la concentración de agua sea mayor. Un ejemplo de ello es el baño. En este espacio el vapor se satura e invade todos los rincones. Para que esto no suceda, puedes por poner la planta cerca de los puntos con mayor aglomeración de humedad, como puede ser la ducha o el lavabo. De este modo, evitará su dispersión, reducirá el efecto de calor y dará un toque de color a todo el cuarto.
En otro de los rincones donde se aglutina más vapor es la cocina. Entre el área de lavado y el bullicio del agua, la humedad acaba por impregnar toda la estancia. Si ubicas una cinta cerca de la zona de aguas y de cocción, conseguirás menguar su saturación en el ambiente.

Foto: Canva
Como es una planta que no necesita luz directa, la puedes colocar en ambientes con sombra. Algunos de ellos son el recibidor y los pasillos, que por la distribución más clásica de las casas, suelen ser espacios bastante cerrados. Si la pones colgando del techo, no te ocupará nada de espacio. Por otro lado, si quieres que reine en tu salón, procura que no esté muy cerca de la ventana para que la luz solar no seque sus hojas. La mejor opción es situarla encima de una librería alta o sobre una mesa de centro.
También las puedes poner en lugares donde hay una gran concentración del vapor porque están mucho tiempo cerrados. Estos espacios son los lavaderos, despensas o garajes. Ubicar una cinta en estos espacios puede suponer que el ambiente esté siempre purificado, aunque no tengan acceso al aire limpio del exterior.
Los cuidados que necesita una cinta
La cinta es una de las plantas más resistentes. Es una especie que es capaz de soportar climas muy fríos- llegando a temperaturas bajo cero- y también bastante cálidos, con máximas que pueden alcanzar los 30ºC. No obstante, su ambiente ideal es aquel que ronda los 20ºC.

Foto: Canva
En cuanto al riego, puede variar según la estación. Llegados los meses primaverales y estivales, lo más conveniente es que pase por agua un par de veces por semana, ya que es la época de mayor crecimiento. En invierno, basta con hacerlo una vez cada siete días.
Uno de los riesgos que más en cuenta hay que tener con una cinta es la luz natural. Es una planta que crece con mejor aspecto en lugares con más exposición solar, pero siempre y cuando sea de forma indirecta. De lo contrario, sus hojas se pueden deteriorar. No obstante, también se desarrolla con cierta normalidad en los rincones más sombríos.