Lo del menos es más, en este caso no tiene mucho sentido. Todo lo contrario. Haciendo un repaso a los árboles de Navidad de las casas de algunos rostros conocidos (de todos los estilos, tipos y tamaños) nos hemos encontrado con uno que ya avanzaba una tendencia navideña para nada sutil. Es la apuesta de la ex modelo y empresaria Mar Flores por un árbol de Navidad llamativo, con profusión de colores y de brillos y donde no falta adorno alguno. En otras palabras, un perfecto ejemplo de maximalismo navideño en forma de abeto.
Maximalismo en el árbol
Grandes bolas, concesión al color sin remordimientos, iluminación en todo su esplendor y poco espacio para el vacío en árboles que además destacan por su gran tamaño. Así son los abetos que nada tienen que ver con la corriente más minimalista de la Navidad y que se engloban dentro de esta tendencia que ya el año pasado veíamos en casa de Mar Flores; justo en la entrada, junto a la elegante y clásica escalera de mármol y barandilla barroca.
En el maximalismo está casi todo permitido y no hay lugar para la discreción o la sutileza en pequeños y escogidos accesorios decorativos. Las casas más elegantes presumen de esta mezcla de tonos cromáticos, de texturas, de estilos y, en definitiva, de ese arte de celebrar todo con exceso; pero sin llegar a ser vulgar o perdiendo el buen gusto. La ex modelo y empresaria tiene un perfil clásico y por eso se decantó el pasado año (no sabemos si repetirá esta Navidad) por esta nota de diseño interior no solo para adornar su árbol, sino también vestir de espíritu festivo toda la barandilla hasta el piso superior en su hogar madrileño. Una casa donde este año hay una alegría especial añadida a la Navidad, Mar Flores se acaba de estrenar como abuela de su primer nieto. Sin duda, unas Navidades de lo más especiales para ella y su familia.
Exceso decorativo
Bolas y luces por doquier y en los colores por antonomasia de estas fechas. El árbol de Navidad que tanto le gusta a Mar Flores no echa nada de menos; tiene de todo: desde brillantes bolas en color rojo y otras doradas con textura de purpurina, pasando por adornos colgantes, luces recorriendo todas las ramas y especiales guirnaldas de guiño floral también con ese matiz cercano al oro. Cumple con todos los requisitos de la tradicional decoración maximalista; que se replican incluso (en ese mismo camino decorativo) en la balaustrada clásica de la elegante escalera.
Hasta el look elegido por esta conocida ex maniquí para estas fiestas navideñas van en armonía con una decoración que busca tu atención, que no pasa desapercibida y donde los brillos y lo llamativo son marca de la casa. Así es un árbol navideño maximalista.